El Hércules reflota su candidatura al ascenso. El conjunto de Planagumà reinterpreta la partitura y se vuelve a asomar con credibilidad a un «play-off» que queda cada vez más apretado. Los alicantinos se impusieron ayer con oficio a un Espanyol B diseñado con buena mano, pero debilitado en exceso por la llamada de socorro del primer equipo.
La generosidad en el esfuerzo de Emaná disparó a un Hércules que comenzó el encuentro un tanto embotellado en campo propio. Agazapado, pero nada serio como en anteriores entregas. Un robo del delantero camerunés en un pase horizontal de la defensa perica, de esos prohibidos por catecismo, propulsó al Hércules pese a que el disparo de Emaná lo atrapara sin mayores complicaciones Edu Frías.
Esa intentona estiró a un Hércules que había estado amenazado en los primeros cinco minutos por un Moha con hambre de reencuentro. Tras ello, los de Planagumà merodearon con fe el área del Espanyol de David Gallego y un centro de Juanjo Nieto, con la misma mala intención que el de la semana anterior, encogió a un filial con demasiadas preguntas y pocas respuestas.
Esa superioridad patente del Hércules culminó con un nuevo gol de Emaná, el de la «fe ciega» de Portillo, que remataba un envío raso con la pierna zurda de un Chechu que aparece poco, pero bien. El 0-1 activó a los catalanes y Doncel sacó a pasear una zurda de superior categoría. En un partido de guante blanco, la primera falta llegó pasados los diez minutos, el árbitro Pulido Santana, que había obviado una caída en el área de Carlos Martínez, decretó penalti riguroso en un lance entre el ariete Max y un Diego Benito inocente. El alicantino Álex Salto estableció la igualada desde los 11 metros en el 28' y el Hércules comenzó a mirar el reloj.
El balón comenzó a quemar en los pies de unos blanquiazules que sufren cuando Diego Benito no luce a su mejor nivel. Ayer el madrileño, con molestias continuas en el abductor, tuvo que ser sustituido en el epílogo del choque. El descanso relanzó al Hércules, que salió del vestuario con ideas claras y mismos hombres. Un cabezazo a la salida de un córner de Fran Miranda confirmó que el paso atrás tras el 1-1 había sido únicamente cuestión de pulmón y no de corazón. Y que ya estaba resuelto.
Pese a ello, el equipo tiró de oficio, fajó y supo atacar. Doncel desplegó un zurdazo y Falcón, con mano fuerte abajo, recordó que es uno de los mejores porteros de la categoría. Conforme se iba estirando el Hércules, con un Alfaro apurando su puesta a punto y con un Chechu más lanzador que ejecutor de contragolpes, el filial no rehuyó el choque y cortó de raíz varias transiciones rápidas.
Así transitó un segundo tiempo de entreguerras hasta que en el 69' el Hércules frotó la lámpara del balón parado, que poco o nada le había aportado en este curso. Juanjo Nieto, aclarado tras un gran barrido en el primer palo, remató en semifallo en la frontal un córner raso que terminó en los pies de Íñiguez, que empujó con autoridad el balón a las mallas. El segundo en dos semanas del central burgalés que vuelve a valer su peso en oro.
A partir de entonces, Planagumà movió el banquillo, con la ya tradicional incertidumbre a la hora de hacer el cambio porque cuando el cartelón anunciaba que el sustituido iba a ser Carlos Martínez, Diego Benito se echó a tierra. Sus abductores dijeron «basta» y el canterano Pedro Torres, que debutó en partido oficial, le reemplazó. Hubo tiempo aún para que Fran Miranda, menos capital que ante el Villarreal, rugiera pidiendo concentración a sus compañeros. La victoria era vital y Falcón se encargó de ponerla bajo llave en otro zurdazo de Doncel, esta vez de falta directa provocada por Nani, en la única vez que le pudieron superar en todo el partido.
Candela apuntaló el centro del campo y Juli, casi sin tiempo, suplió a un Emaná exhausto. Justo antes el camerunés pudo redondear la mañana con un taconazo sublime que repelió amargamente el palo.
El Hércules volvió a ganar fuera de casa tres meses después y a enlazar dos triunfos seguidos y se vuelven a disparar sus posibilidades. Ahora es quinto, empatado a puntos con el cuarto y se queda a dos puntos del segundo y tercer puesto y a cuatro del líder.
El Hércules vuelve a creer y ayer se permitió el lujo de no alinear ni un minuto a Jona, su fichaje invernal de campanillas. Y dedicó el triunfo al pequeño Julen, una de las pérdidas que nunca deberían producirse.
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