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Ismael Falcón: «Mi mal año es pasado, he vuelto mucho más fuerte»

Autocrítico, mirando a la vida a los ojos y muy consciente de la realidad urgente de un club que él siente como propio

Ismael Falcón posa en el túnel de acceso al césped del Rico Pérez con sus guantes personalizados.

Paciente. Posar no le resulta cómodo, pero lo disimula bien. Escucha atento las indicaciones del fotógrafo. Mira hacia allá. Pon el brazo ahí. Sube las manos... Ismael Falcón (Cádiz, 1984) aguanta la postura sin rechistar, bromeando: «Si no me funciona el fútbol, de modelo tampoco me ganaré la vida». Empieza el nuevo curso para él y todo hace indicar que será como titular. El Hércules vuelve a estar en sus manos y eso al gaditano no le asusta, está listo para revertir la historia.

¿Borrón y cuenta nueva?

Sí. Hay que partir de cero, con nueva ilusión y con actitud positiva. Estamos trabajando bien, haciendo una buena base, que es fundamental para empezar la temporada y lograr el objetivo.

¿Pesa de algún modo todo lo que se vivió la temporada pasada?

Lo tenemos ahí, pero hemos tenido tiempo suficiente para limpiar la cabeza y partir de cero, para empezar con ilusión y en condiciones de estar con los mejores.

Para que eso ocurra, ¿qué errores no se pueden volver a repetir?

A nivel deportivo, no estuvimos bien ni individual ni colectivamente. Al final, el equipo no estuvo y eso nos pasó factura durante todo el año.

En lo personal, ¿cómo valoraría su aportación al equipo?

Tendría que analizarlo por fases de la temporada, pero soy consciente de que no estuve a mi nivel. Pero hay que hacer borrón y cuenta nueva. Desde que he llegado de vacaciones me siento otro y creo que estoy preparado para hacer un buen año.

La presión, eso de lo que todo el mundo habla, ¿pesa tanto?

Más que presión, creo que es el compromiso que hay que tener para saber dónde se viene, saber cuál es el objetivo real del club, que esta entidad no puede pasar más tiempo en esta categoría porque no se lo puede permitir ni deportiva ni económicamente, y su masa social tampoco se lo merece.

¿Hay algún modo de aprovechar la presión para algo positivo, para que no le reste potencial al futbolista?

Creo que el míster tiene las ideas muy claras y no está metiendo muchas cosas muy positivas. Tenemos que remar todos en la misma dirección, nosotros, el club, la afición, la prensa... Si vamos todos en sintonía seguro que nos beneficiamos todos. Y cuando venga algún bajón, porque las temporadas son muy largas, ahí hay que ir a una todos para sobreponernos. Hay que sumar para que el equipo esté lo más arriba posible.

Cuando llega alguien nuevo al vestuario, ¿hay que explicarle dónde está o vienen todos con la lección aprendida?

Algunos sí, y otros, los más jóvenes normalmente, tal vez no sepan qué significa saltar al césped del Rico Pérez. Pero al final se trata de competir, de disfrutar jugando al fútbol. La presión que conlleva hacerlo en un estadio como el nuestro no te debe afectar. Sólo así pueden llegar los resultados positivos.

¿Cuando uno recibe la llamada del Hércules, qué le impulsa a aceptarla?

Historia, afición, estadio, club, ciudad... Este es un sitio ideal para jugar al fútbol y un escaparate magnífico para los más jóvenes, para lanzar sus carreras. Aquí se pueden vivir cosas muy bonitas.

¿Hasta qué punto es importante tener competencia?

Sube el nivel de todos. Hay que ponérselo difícil al míster y evitar relajos, que es algo que sucede cuando no tienes competencia. Hay que darlo todo en cada entreno porque si hay varios jugadores peleando por el mismo puesto eso eleva el nivel del equipo.

En su demarcación solo puede jugar uno, no se puede ser polivalente y ganarse el sitio fuera de su sitio natural. ¿Se puede ser amigo del otro portero en esa 'guerra'?

De todos los años que llevo en el mundo del fútbol, me llevo un montón de amigos porteros. Eso no va con el puesto, va con la persona. Tengo 34 años y te aseguro que se puede compatibilizar.

¿Se llega uno a sentir solo en la portería?

Para bien o para mal, estamos solos y pasamos de héroes a villanos muy rápido. Sí, lo de la soledad en la portería es bastante cierto.

¿Cree que la gente es consciente de lo que llega a sufrir un portero en un mal día?

No. Es muy fácil hablar desde la barrera sin ser consciente de todo el trabajo que hay detrás en el día a día de quien defiende la portería. Hay que estar muy preparado física y mentalmente para soportar esa tensión. Hay partidos en los que apenas participas y acabas muy cansado, más que si te juegan directo. La sociedad no se da cuenta de lo que ocurre después de un fallo. El portero se queda solo en el césped, se lleva el error a casa y allí también está solo, y si no tiene una familia detrás que le respalde, pues entonces lo pasa muy mal.

¿Se escucha el murmullo de la grada cuando uno sabe que ha cometido un error?

Claro, pero eso es parte del fútbol. Cuando paras un penalti escuchas un rugido, pero si te equivocas no te juzgan igual que a un delantero cuando no marca. Nosotros, por desgracia, tenemos que asumir que nos va en el cargo y vivir con ello.

Salvemos el tópico del partido a partido, ¿dónde debe estar el Hércules por plantilla?

Hay que ser realista, esta no es la categoría del Hércules y, aunque nadie quera decir en alto cuál es el objetivo del Hércules, todos sabemos que hay que acabar muy arriba y para eso es clave empezar bien.

¿Cuál sería el mejor escenario?

Veo a la gente muy ilusionada, más que el año pasado. Cuantos más aficionados vengan a animarnos, a sumar, más cerca estaremos de lograr lo que todos queremos.

¿Qué no debería ocurrir bajo ningún concepto?

Lo del año pasado. No soportaría otra temporada más sin lograr nuestro objetivo.

Cuando se anunció su fichaje, se generó una ola de ilusión incuestionable. ¿Cree que aún conserva ese cariño de la gente?

Sí, lo noto. La gente sabe que hay un trabajo duro detrás y que, con independencia de cómo me salgan las cosas, siempre lo doy todo y eso la gente me lo valora. Soy el primero en reconocer que mi último año no fue bueno, pero eso es pasado y he vuelto con muchas ganas, más fuerte. Este va a ser mi año bueno.

¿Qué falló?

Hay años que las cosas no salen bien. Cometí errores. Trataba de estar lo mejor posible, de hacer bien las cosas, pero no me salían. Estos es fútbol y a veces las cosas no salen como quieres. Pero no hubo ni relajación ni nada extraño. Simplemente las cosas no salieron bien, ni a mí, ni al equipo.

Formule un deseo.

Que vaya todo bien y tengamos un final feliz festejando el ascenso en una Plaza de Los Luceros llena.

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