P ¿Qué balance hace de su primer mes en Alicante?

R Estoy encantado, muy a gusto, ya conocía la ciudad porque cuando vivía en Alcoy a mi mujer le gustaba bajar los días libres a Alicante... Y en el vestuario me han acogido de maravilla, son una gran familia y desde el primer día me encontré cómodo, por eso me he adaptado tan rápido.

P Ahora en el Hércules entrena, juega y cobra por ello, algo que se da por hecho en todos los clubes pero que no tuvo en el Murcia...

R No le deseo a nadie lo que pasé allí, tantos meses trabajando sin percibir tu salario... Pero no sólo eso, es que cada día era un problema, no sabías dónde ibas a entrenar... Ahora aquí valoro más tener unas buenas instalaciones, un orden y todos los medios para luego rendir en los partidos. Vengo con toda la ilusión y el hambre del mundo después de haberlo pasado tan mal en Murcia.

P Cada punto conseguido allí tenía un mérito enorme...

R Pues sí, eso desde fuera no se valora, pero es así, había compañeros a los que le afectaba muchísimo en el día a día todo lo que estaba pasando. Somos personas que cada día 1 tenemos que pagar el alquiler y todos los gastos y hay compañeros que aún no han hecho dinero en el fútbol o que son jóvenes y pasaban serias dificultades.

P ¿Cómo se encontró en su primer partido en el Rico Pérez después de un mes sin competir?

R Nada más llegar tuve que cumplir una sanción injusta de dos partidos (por unos insultos desde el banquillo que él no profirió) y al final, sumado al parón navideño, fue casi un mes sin jugar, por lo que acabé cansado el otro día, es lo normal. Pero en el campo estuve cómodo porque tuve tiempo para adaptarme, sé lo que quiere el entrenador y jugar en el Rico Pérez siempre es un placer, ojalá pudiéramos hacerlo cada semana.

P ¿Ha supuesto una inyección de moral la victoria ante el líder?

R Sí, nos ha venido muy bien después de dos derrotas seguidas, algo que no había pasado en toda la temporada. Somos el equipo que más partidos a ganado a rivales directos por la promoción y eso es muy buen señal.

P Uno de los tópicos de los futbolistas es el de la unión en el vestuario pero esta temporada sí parece real en el Rico Pérez...

R Sí, totalmente. Cuando me llamaron Portillo y Planagumà me recalcaron que el vestuario era una gran familia y que mantener esa unión era el objetivo. Y cuando llegué me di cuenta de que es así realmente. Y sólo los buenos vestuarios consiguen los objetivos.

P Usted ya ascendió a Segunda con el Barcelona B en 2017, ¿cuál es el secreto?

R Hicimos una segunda vuelta espectacular, de los 17 partidos ganamos 15 y empatamos 2. Pero luego en la eliminatoria de campeones nos eliminó la Cultural Leonesa y nos dio un baño de humildad. Pero aprendimos de eso, nos rehicimos y después superamos los dos cruces siguientes contra equipazos como el Cartagena y el Racing de Santander. Para mí la clave es llegar con buenas sensaciones al tramo final, estoy seguro de que estaremos en promoción seguro e intentaremos quedar lo más arriba posible, ya todo el mundo sabe que acabar primero te da el doble de oportunidades.

P ¿Cuando acabe la temporada debe regresar al Zaragoza o hay alguna cláusula para que siga aquí?

R En principio tengo que volver al Zaragoza porque me queda una temporada más de contrato, pero ya hablé con Portillo que ojalá ascendamos y pueda quedarme muchos años en Alicante. Ahora estoy centrado en disfrutar al máximo en esta segunda vuelta, ayudar al equipo, devolver la confianza que han puesto en mí y ya veremos qué pasa en verano.

P En el Barcelona B coincidió con jugadores ya asentados en Primera como Cucurella (Eibar), Aleñà (Barça) y Tarín (Leganés) y con otros talentos como Riqui Puig (Barça B). ¿Quién le impresionó más?

R La verdad es que aquella temporada y media fue increíble por cómo se vive el fútbol en ese club, es una pasada. Yo tenía 25 años y era el más mayor de todos, el resto eran muy jóvenes pero muy buenos. Todos esos que ha nombrado van a ser futbolistas buenos pero a mí el que más me impactó era Aleñà, sólo tenía 18 años y ya era un fijo con nosotros y hacía cosas increíbles.

P ¿Y en la cantera del Sevilla?

R Soy muy amigo de Luis Alberto (Lazio), Alberto Moreno (Liverpool) y también de «Pichu» Atienza, que jugó en el Hércules y ahora está en el Numancia. He tenido la suerte de conocer de cerca dos canteras maravillosas.

P Casi todo el mundo conoce a su hermano Alejandro (ahora en el Córdoba y antes en el Mallorca y el Tenerife) pero su padre y su hermano mayor fueron futbolistas...

R Sí, mi hermano mayor Juan, que ahora es entrenador del juvenil del Sevilla, no tuvo mucha suerte en su carrera. Estuvo en La Masía desde los 12 hasta los 21 años y llegó a subir a Segunda con el Nàstic, pero después se rompió dos veces el ligamento cruzado de la rodilla y se retiró en equipos cerca de nuestro pueblo (La Palma del Condado, Huelva). Y mi padre fue jugador, entrenador del San Roque de Lepe y hasta presidente. La carrera de mi hermano Alejandro todo el mundo la conoce (Sevilla, Tenerife, Mallorca y Valladolid, entre otros). La verdad es que somos una familia muy futbolera, vemos nuestros partidos siempre que podemos y a mí siempre me están corrigiendo por eso de ser el pequeño, estamos todo el día hablando de fútbol.