Harto de sufrir el continuo robo de cobre en numerosos puntos de la red de alumbrado público, el Ayuntamiento de Benidorm ha decidido poner coto a quienes se dedican a esta ilícita práctica con la instalación de un sistema de cableado antirrobo en farolas y arquetas de distintos puntos de la ciudad. La avenida de la Comunidad Valenciana -antigua carretera N-332- y el parque de la Séquia Mare son los dos puntos donde se está implantando este sistema piloto que, de ahora en adelante, se ejecutará en otras zonas donde se ha detectado un mayor número de sustracciones o en áreas más despobladas, donde los ladrones de cobre encuentran muchas más facilidades para hacerse con este botín.
El «modus operandi» es prácticamente siempre el mismo: los delincuentes sacan una pequeña parte del cobre, lo enganchan a un vehículo, normalmente furgonetas, y tiran de él hasta alcanzar una zona donde haya poco tráfico y presencia de viandantes, en la que dejan de circular y recogen todo el cable que han arrastrado durante su marcha, según explican fuentes municipales. Aunque 2018 fue el año en el que menos sustracciones se han contabilizado, a lo largo de los últimos años el Ayuntamiento de Benidorm ha gastado de las arcas públicas unos 10.000 euros anuales en la reposición del cobre robado, entre el propio material y la mano de obra.
Y, aunque la cantidad no es nada desdeñable, no se trata del principal problema que este ilícito genera para la ciudad. «Si el robo es importante, estamos hablando de que te puedes quedar durante varios días con calles o avenidas totalmente a oscuras, hasta que puedes reponer todo el material y volver a encender el alumbrado», explica el concejal de Escena Urbana, José Ramón González de Zárate. «Por tanto, se trata de un problema de escena urbana, pero sobre todo de seguridad, al que había que poner fin de alguna manera», agrega el edil.
Dos fases de actuación
Dos fases de actuación¿En qué consiste exactamente este sistema antirrobo? Tanto el concejal responsable como técnicos del departamento de Ingeniería explican que la actuación se divide en dos partes. Por un lado, la que afecta al alumbrado público, donde lo que se hace, básicamente, es reducir la largaria del cable y recubrir con hormigón toda la instalación. De este modo, en lugar de tirar entre 500 y un kilómetro de cable de una tacada en grandes avenidas, las líneas se reducen a un máximo de entre 20 y 30 metros, lo que disuade a los ladrones por un doble motivo: por un lado, porque sacar el cable se complica, al requerir de un martillo neumático o similar para agujerear el hormigón; por otro, porque los metros de cable son tan escasos que no acaba saliendo rentable toda esa maniobra para acabarse llevando no más de 30 metros.
En segundo lugar, la operación también incluye la instalación de arquetas de alumbrado público dotadas con una llave de seguridad que únicamente tiene en su poder el personal de los Servicios Técnicos municipales, lo que imposibilita su apertura por parte de personas ajenas al mismo. Estas arquetas ya se encuentran en áreas como el futuro parque de la Séquia Mare o el plan parcial Murtal II y se extenderán a otras obras de urbanización o actuaciones que se encuentren en una zona exterior.
La instalación de este sistema antirrobo se ha realizado dentro de un contrato de mantenimiento del Ayuntamiento y tiene un coste de unos 30.000 euros, una cantidad, a juicio del concejal, «del todo rentable si conseguimos acabar con el saqueo que veníamos sufriendo en muchas partes de nuestra red», concluye González de Zárate.
Viales con mayor número de robos
- Avda. de Juan Pablo II
- Calle de Pekín
- Carretera CV-70
- Calle de México
- Calle de Bolivia
- Calle de Colombia
- Calle de Uruguay
- Calle de Oviedo
- Calle de Malta
- Avenida Racharell
