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El campo, vigilante ante el Brexit

El sector agroalimentario, junto al calzado, es el principal exportador provincial a Reino Unido - Los agricultores están preocupados por si la desconexión implica una subida de aranceles

Trabajadores recolectando alcachofas en la Vega Baja Tony Sevilla

Gran parte de los supermercados de Reino Unido ofrecen en sus expositores tomates, apio, nísperos, alcachofas, legumbres, lechugas, pimientos, granadas o cítricos cultivados en Alicante. Tradicionalmente, la relación comercial con Gran Bretaña ha sido preferencial para los productores de la provincia, que el pasado año vendieron a este mercado frutas, hortalizas o conservas agroalimentarias por valor de cerca de 84 millones de euros, según datos de Ineca.Un montante que le convierte en el sector alicantino más exportador a este destino, junto al calzado.

Por ello, de cara a la cumbre europea para refrendar el acuerdo del Brexit, prevista para hoy, domingo, y ante la situación de incertidumbre que ha generado todo el proceso en los días previos a esta cita, los agricultores provinciales se mantenían en estado de alerta por no conocerse todos los detalles del pacto; pero, sobre todo, por si la salida de Reino Unido de la Europa comunitaria implicará cambios en el status quo de las relaciones comerciales. El mayor temor es que un posible nuevo escenario conlleve un aumento de aranceles o modificaciones en las tramitaciones administrativas y controles fitosanitarios actuales, lo que elevaría sus costes y obstaculizaría mantener los actuales volúmenes de exportación.

«Al contrario que otros sectores, el agroalimentario vende productos perecederos, por lo que unas nuevas reglas administrativas o arancelarias complicarían, en un primer momento, la búsqueda de mercados alternativos, ya que estos exportadores no pueden tener la misma capacidad de reacción que otros que vendan mercancías que no tengan fecha de caducidad. Cambiar de mercado y montar otra cadena de distribución en poco tiempo no es tan fácil para este sector», incidía el director de Estudios del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Francisco Llopis.

La última encuesta del lobby empresarial, realizada entre un centenar de empresarios de la provincia, reflejaba que un 78% de los encuestados manifestaba su preocupación por un posible aumento de los impuestos a la importación de productos agroalimentarios, ya que haría descender la exportación al mercado de Reino Unido.

Retroceso de las ventas

La caída de las ventas a este destino, de hecho, ya viene afectando a los principales sectores alicantinos desdehace dos años, cuando los británicos votaron en referéndum a favor del Brexit, y durante todo el proceso posterior de las negociaciones para la desconexión de Reino Unido de la UE. La exportación provincial a este mercado, en general, ha ido retrocediendo en este tiempo. Y en este año, hasta el pasado mes de septiembre, cayeron un 4,2% con relación al mismo periodo del pasado ejercicio, según datos del ICEX. En el caso concreto de las hortalizas y tubérculos alimenticios, lo hicieron hasta agosto en un 8,4%; en el de las frutas y frutos, en un 3,5%, y en el de los preparados o conservas de hortalizas y frutas, en un 20%, según datos de las Cámaras de Comercio de España.

El preacuerdo de la pasada semana alcanzado entre la primera ministra británica, Theresa May, con los negociadores de la UE, del que se desconocen todos los términos; la cercanía del plazo para la desconexión -en un principio, en marzo de 2019-; las tensiones políticas generadas en el propio Reino Unido, así como las últimas discrepancias ante el acuerdo final de algunos Estados de la UE, incluida España por la cuestión de Gibraltar, han introducido más elementos de inquietud a los exportadores provinciales. «El principal problema es la incertidumbre actual, y habrá que ver cómo se produce, finalmente, la desconexión», señalaba Carlos Peris, nuevo secretario de la Unió de Llauradors en la Comunidad Valenciana. Para el representante de esta organización agraria, «lo que está claro es que el efecto más inmediato del Brexit será la depreciación de la libra esterlina, lo que encarecerá los productos extranjeros. Además, a largo plazo, se prevé que la economía británica se deteriore durante unos años. Un contexto que provocará un menor consumo, debido a la reducción del poder adquisitivo de los ciudadanos», lamentaba Peris.

Productos muy cotizados

El presidente de Asaja-Alicante, Eladio Aniorte, también manifestaba sus temores. «El Brexit no puede traer nada bueno para los productores de frutas y hortalizas de la provincia, ya que Reino Unido es un mercado principal para nosotros. Además, allí nuestros productos están muy cotizados, lo que nos permite obtener valores aceptables». Por ello, en el caso de que el acuerdo final de «divorcio» modificara sustancialmente las actuales condiciones, «probablemente nos tendríamos que enfrentar a limitaciones, como la imposición de aranceles, lo que obstaculizaría la entrada de nuestros productos, porque dejarían de tener un tratamiento preferencial», añadía Eladio Aniorte.

Los agricultores provinciales y españoles lo que reclaman es que el pacto permita tener acceso normalizado de los productos, como hasta ahora. Reclaman que el nuevo escenario «no represente más controles en la frontera, ni de papeleos administrativos, ni fitosanitarios, ni arancelarios», según explicaba Jorge Brotons, presidente de los exportadores de frutas y hortalizas españoles, agrupados en Fepex. Brotons, que, además, es el director general de la compañía alicantina productora de tomates Bonnysa, confiaba en que las negociaciones culminen, finalmente, «con un acuerdo que sea satisfactorio».Y señalaba que en medio del panorama actual de incertidumbre, el reciente preacuerdo entre Reino Unido y la UE rebajaría temporalmente el grado de inquietud, «al introducir la posible ampliación de un periodo transitorio para la desconexión hasta el 31 de diciembre de 2020 e, incluso otra prórroga».

Una ampliación que permitiría decidir estrategias, pero, igualmente, mantener el contexto actual durante un tiempo. «Y si hace un mes estábamos contemplando la posibilidad de que no hubiera acuerdo, y de que en marzo de 2019 nuestros envíos se verían bloqueados, esta posible prórroga nos da más margen. El periodo transitorio no resuelve el problema, pero sí permite ampliar el tiempo para cerrar la negociación», añadía Brotons. El presidente de Fepex, no obstante, no dejaba de reconocer que «desde el inicio del proceso del Brexit, ha habido mucha preocupación. La negociación ha sido muy dura».

Mercado estratégico

Esta inquietud se multiplica por el número de productores y exportadores agroalimentarios españoles que venden al mercado británico. «Para nosotros es un destino estratégico; y las frutas y hortalizas representan el 25% de las exportaciones españolas del sector», insistía Jorge Brotons.

Por su parte, desde la Unió de Llauradors y Ramaders de la Comunidad Valenciana, también se advertía de que otra de las preocupaciones sobre el acuerdo es que el Brexit «provoque un descenso de las ayudas que reciben los agricultores y ganaderos de la Política Agraria Común (PAC), porque ya no existiría el mismo nivel presupuestario», señalaba Carlos Peris.

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