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El fracaso de las ofertas de compra aboca al Sidi a la subasta pública

El edificio que albergó el hotel de cinco estrellas cumple su cuarta temporada alta cerrado frente al mar

El fracaso de las ofertas de compra aboca al Sidi a la subasta pública

Casi cuatro años y medio después del cierre del hotel Sidi (15 de enero de 2011), el que fuera uno de los complejos de cinco estrellas más emblemáticos de la Costa Blanca sigue pudriéndose frente al mar sin que sus propietarios -básicamente dos entidades financieras- hayan aceptado ninguna oferta para su compra, lo que impide cerrar y resolver el concurso de acreedores que llevaba un Juzgado de Madrid. Los plazos se agotan y en dos meses el administrador judicial tendrá que decidir, finalmente, la fecha de la subasta pública de un inmueble al que, según los expertos, prácticamente habría que darle la vuelta como un calcetín para poder reabrirlo como un hotel acorde a las condiciones del mercado actual.

Fuentes del sector turístico de la provincia conocedoras de la situación del inmueble aseguran que cada año que pasa el problema aumenta, debido al deterioro que sufre un edificio cuando está cerrado y encima frente al mar, por lo que al precio de la compra habría que añadir los costes para acondicionarlo de nuevo y poder abrir. Los dos bancos propietarios del edificio no se han bajado nunca del precio pedido -en torno a los 20 millones de euros- y, debido a su complejidad legal, los posibles compradores han ido perdiendo interés. El resultado: el que fuera emblemático hotel seguirá una temporada alta más «varado» en la primera línea de la playa de San Juan.

A principios de año, el Instituto Interuniversitario de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante ratificó las impresiones de los empresarios que en su día apostaron por la compra del hotel -la única oferta creíble que llegó fue la del empresario benidormí José María Caballé- en el sentido de que el uso hotelero es viable, pero en la situación de mercado actual exige una importante renovación física y de orientación de negocio, mejor segmentado y con una oferta más diferenciada, que permita un reposicionamiento del establecimiento recuperando su condición de complejo emblemático de la ciudad y de la Costa Blanca.

En el momento de su cierre, el hotel estaba completamente operativo, pero en los últimos cuatro años el propio modelo de negocio ha cambiado. La caída de la ocupación, la ausencia de clientes -Iberia y Air Berlin dejaron de alojar a sus pilotos por los ajustes de programación-, los retrasos en los pagos de las agencias, y el hecho de que ya no se produzcan en invierno desvíos de turistas a la playa desde el casco urbano de Alicante, por la cantidad de plazas que oferta la ciudad, precipitaron el cierre del hotel en enero de 2011. La empresa planteó en principio una suspensión temporal de empleo, pero las negociaciones con los trabajadores se rompieron cuando el planteamiento pasó a ser de despido definitivo.

Inaugurado a mediados de los años 70 del siglo XX en la primera línea de playa, el Sidi fue hasta su cierre uno de los hoteles emblemáticos de la provincia. Su ubicación, inmejorable, le proporcionaba llenos todos los veranos. Durante el invierno sobrevivía gracias a eventos, que cayeron en picado por la crisis económica. Llegaron las pérdidas en los meses sin ocupación y la empresa optó por convertirlo en un establecimiento de temporada, pero la iniciativa no cuajó. Hoy, el edificio parece un barco fantasma «varado» en una de las mejores zonas de la playa de San Juan, en primera línea del mar y pegado a otro esqueleto, el edificio de viviendas de lujo proyectado sobre la parcela que en su día ocupó otro hotel, El Cabo, y que se ha quedado en estructura tras una reclamación vecinal en Costas.

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