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El futuro del Sidi se complica al no convencer las ofertas para su venta

El administrador judicial, propietarios y acreedores no llegan a un acuerdo para cerrar una operación estancada desde principios de diciembre de 2013, cuando llegaron los propuestas económicas de los grupos inversores

Imagen de la entrada al complejo donde está ubicado el hotel, en la primera linea de la playa de San Juan de Alicante rafa arjones

Tres meses después de que el administrador judicial que gestiona el concurso de acreedores en el que entró en el verano de 2012 la empresa Sidi España, copropietaria del edificio junto al BBVA y La Caixa, lanzara un ultimátum -noviembre de 2013- para decidir sobre la venta del inmueble, cerrado desde hace tres años en primera línea de la playa de San Juan, la situación vuelve a complicarse. El administrador tiene encima de la mesa desde la primera semana de diciembre de 2013 las dos únicas ofertas que recibió de dos grupos inversores, uno ruso y otro español, pero no se ha decidido por ninguna de las dos, lo que, según fuentes cercanas a la operación, se interpreta como un nuevo revés al proceso.

Lo que está claro es que el hotel seguirá cerrado una temporada turística más, lo que agravará la situación de abandono en el que se encuentra, pudriéndose frente al mar y con un interior deshaciéndose porque ya hay hasta plantas que se han hundido parcialmente por el efecto de la humedad y nula conservación. La única vigilancia que se mantiene es la que evita el asentamiento de «okupas». ¿Ganas de vender? Los bancos, principales acreedores, consideran ya amortizada la operación, aunque, por supuesto, quieran sacar tajada económica, sobre todo el BBVA, al que más capital se debe.

El administrador judicial recibió en diciembre dos ofertas, en teoría en firme, para hacerse con la propiedad del edificio que albergó el hotel Sidi San Juan. En concreto, hasta el despacho judicial de Madrid llegaron las propuestas de un grupo inmobiliario ruso, interesado desde el principio en la compra del inmueble como inversión, y, a última hora, la de un fondo español. Ambas ofertas rondarían los 15 millones de euros, cifra no oficial, y desde entonces los técnicos y la propiedad estudian las operaciones. Lo que en principio había quedado claro tras finalizar el plazo que dio el Administrador judicial, que no habría subasta pública, vuelve tomar vigencia, debido a las dudas que han saltado para el cierre de la operación, que ha terminado por enfriarse tres años después del traumático cierre que llevó a noventa trabajadores al paro.

Varios grupos hoteleros de la provincia estudiaron en su día la posibilidad de comparar el edificio, pero desistieron al no ver clara la rentabilidad de la operación. En un principio, el hotel se tasó en 23 millones de euros, cantidad que bajó a los 18 millones de euros, pero se podía presentar cualquier tipo de oferta. La venta del edificio llegó a estar resuelta a finales de 2011, cuando el letrado que representa los intereses de Sidi España llegó a un acuerdo con los bancos para plantear la operación en 21,5 millones de euros. Llegó una oferta en firme de la cadena Servigroup en 2012, pero al final, el empresario José María Caballé no lo vio claro y se retiró, acabando por adquirir un complejo en La Manga.

La caída de la ocupación, la ausencia de clientes -Iberia y Air Berlin dejaron de alojar a sus pilotos por los ajustes de programación-, los retrasos en los pagos de las agencias, y el hecho de que ya no se produzcan en invierno desvíos de turistas desde el casco urbano de Alicante a la playa, por la gran cantidad de plazas que oferta la ciudad, precipitaron el cierre del hotel en enero de 2011. Clausura que pilló por sorpresa a la plantilla, que se enteró la víspera del día de Reyes. La empresa planteó una suspensión temporal de empleo, pero las negociación con los trabajadores se rompió cuando el planteamiento pasó a ser de despido definitivo.

Abierto a mediados de los años 70 en la primera línea de la Playa de San Juan, el Sidi fue hasta su cierre uno de los hoteles emblemáticos de la provincia. Su situación, inmejorable, le proporcionaba llenos todos los veranos. Durante el invierno sobrevivía gracias a eventos, que cayeron en picado por la crisis.

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