Desde el aire, el olor a tierra quemada y el color oscuro de un monte carbonizado dejan entrever los horrores que ha sufrido el parque natural del Montgó. A 200 metros de altura, INFORMACIÓN sobrevoló el cabo de Sant Antoni en helicóptero y confirmó la magnitud del incendio declarado el jueves, que ha asolado 444 hectáreas de monte y ha amenazado a cientos de viviendas.

Una pinada devastada, una montaña carbonizada y una vaguada completamente arrasada, conforman la vista aérea del lugar. Así ha quedado un paraje después de ver arder más de su quinta parte.

Sin ningún atisbo de fuego pasado el mediodía, desde el cielo, podía verse cómo los vecinos, que tuvieron que ser desalojados por las llamas, regresaban a sus casas y analizaban la dimensión de lo ocurrido. Los coches también comenzaron a ocupar las carreteras que habían sido cortadas. Cubiertas destrozadas, persianas quemadas y fachadas ennegrecidas eran los daños colaterales que fueron apareciendo a lo largo de anteayer. Pero, desde el aire, también fue posible ver cómo las cenizas han devorado los jardines de muchas de las casas que hace unos días convivían con el verde de un espacio protegido, ahora vacío de vida.

Y así, con este panorama sobrecogedor, temible desde las alturas, poco a poco, el Montgó ha comenzado a despertar de una pesadilla dejando imágenes aéreas repletas de contraste entre el puerto de Xàbia y el perímetro que se salvó del infernal fuego.

«El objetivo, ahora que el incendio está estabilizado, es seguir refrigerando la zona, mantener la vigilancia en el área quemada e ir restableciendo servicios que se han visto afectados como la electricidad o la telefonía. Hasta el lunes a primera hora, momento en que veremos qué valoración damos al incendio, no sabremos qué ayuda solicitar o si pedimos la declaración de Zona Catastrófica». Con estas declaraciones el alcalde de Xàbia, José Chulvi, que acudió ayer al área afectada para atender e informar a los vecinos, explicaba el plan de actuación que su municipio seguirá tras darse por controlado el incendio del Montgó que ha arrasado 444 hectáreas entre este municipio y Dénia.

Intervenciones

El plan de actuación coincide con el de su localidad vecina. La alcaldesa de Dénia, Ana Kringe, junto con la concejal Isabel Gallego, se desplazó anteayer para despedir a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) en el polideportivo Joan Fuster, e informó, mediante un comunicado, que hoy lunes comparecerá ante la prensa para dar un balance de todo lo sucedido. Lo hará, según añadieron fuentes municipales, tras la reunión previa que celebrará con profesionales del parque natural, policías y técnicos para valorar daños y determinar con ellos las ayudas o la posible declaración de Zona Catastrófica (cuestión que haría que el Gobierno central se hiciera cargo de indemnizaciones y reforestación del monte).

También Kringe fue quien confirmó que el incendio no se dio por extinguido pero sí como estabilizado a las 9 horas, gracias a «las condiciones meteorológicas favorables» y al trabajo realizado por los efectivos durante toda la noche para sofocar y refrescar el incendio del Cabo de Sant Antoni. También confirmó que en la zona afectada se dispuso que permanecieran vigilando y refrescando los rescoldos seis dotaciones de bomberos de la provincia de Alicante, dos brigadas forestales, cuatro de Imelsa -Diputación de Valencia-, un aéreo para revisar, y agentes de la Policía Nacional y Local.

En cuanto a los vehículos de la UME, a las diez de la mañana se autorizó su retirada, así como el vehículo del puesto de mando avanzado y el Satcom de comunicaciones de la Generalitat. Media hora después, a las 10.30 horas, se dio la orden también de reabrir el tráfico de la carretera de Les Planes que va de Dénia a Xàbia.

En cuanto a las previsiones de cuándo se podrá dar por extinguido el incendio, Kringe apuntó que en dos días. Anteanoche permanecieron en la zona dos brigadas de emergencia y cinco camiones de bomberos. La investigación para esclarecer las causas del fuego continúa abierta, aunque se mantiene como principal hipótesis que el incendio pudo ser intencionado.