Alivio y desconsuelo se mezclaban ayer en los rostros de los vecinos que regresaban a sus propiedades de la zona afectada por el incendio del Montgó. Alivio por poder comprobar -ya con el fuego controlado aunque no extinguido-que a excepción de alguna pérgola o muro, sus viviendas quedaron intactas (a falta de una nueva mano de pintura). Desconsuelo por ver que el paisaje verde que las rodeaba se ha convertido en una sombra negra, inmensa, sobre la que yacen sin vida los esqueletos de los árboles.

Además, la desolación les ha traído a la mente los otros grandes incendios de la zona. Con su memoria, una realidad permanente a la que los políticos no miran hasta que no ocurre la catástrofe. «Desde el último incendio importante hasta ahora esta zona no se ha limpiado. El campo está -bueno, estaba- lleno de matorral bajo», explicaba Ángel en la parcela de su hermano, a la que acudió tras una noche de «incertidumbre» por no saber el alcance que el suceso habría deparado a la finca.

Más contundente fue Magdalena, residente inglesa cuya vivienda linda a un barranco. «No los limpian desde el último fuego de 1999 y es un peligro. En mayo tuvimos otro fuego pequeño y ni aún así han venido a limpiar».

Juan, monte arriba, coincidía. «Está lleno de maderas, desde que la Administración ha metido la tijera el campo está abandonado. Con la cantidad de parados que hay... ya podían limpiarlo».

La versión sobre la situación de laderas y barrancos se repite desde Xàbia hasta Dénia. Keller, conserje que dio el aviso de desalojo a los vecinos de la urbanización la Lloma del Castañar, denunciaba que «nunca lo limpian y por eso vimos el fuego avanzando tan veloz como un tornado por algunas partes». Recordaba otro conato de tragedia hace dos años para enfatizar la urgencia de haber tomado antes medidas de prevención.

Pero su Ayuntamiento, Dénia, pasa el testigo a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). «Ni nosotros ni Xàbia podemos limpiar barrancos, no es nuestra competencia, pero lo hemos reclamado varias veces». De los montes callan. Ya es tarde, aunque si Consell y CHJ se pusieran manos a la obra, podrían ahorrarse ya el coste de las quemas.