El Gobierno de España, con el ministro Cristóbal Montoro como maestro de ceremonias, entrega hoy en el Congreso unos presupuestos del Estado para 2015 que, en ningún caso, resolverán la discriminación a la que está sometida la Comunidad en el reparto de la tarta autonómica. A la negativa para reformar la financiación reformar la financiación -un sistema que deja todos los años al Consell sin mil millones- se añadirá, con toda seguridad y como apuntan diversas fuentes, un nuevo revés en el reparto de las inversiones públicas. Ni habrá crecimiento significativo, ni se esperan nuevas inversiones. En el Consell confían, al menos, en mantener la actual situación sin más recortes a pesar de que, en estos momentos, la Comunidad tiene un volumen inversor que se sitúa cinco puntos por debajo del porcentaje de PIB que aporta a la caja común.volumen inversor cinco puntos por debajo del porcentaje de PIB que aporta a la caja común.
Tanto el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en un reducido corrillo que compartió con algunos periodistas durante la segunda jornada del debate de política general celebrado en las Cortes; como la consellera María José Catalá, durante su habitual comparecencia posterior a la reunión del Ejecutivo autonómico, ya certificaron que no esperan grandes avances. Continuarán las inversiones que ya estaban en marcha, como apuntaron ayer fuentes autonómicas. Pero, en ningún caso, habrá un aumento considerable. Se quedarán, punto arriba o abajo, como estaban. No matarán a la Comunidad pero tampoco le darán un poco de aire a Fabra y al PP para la recta final de la legislatura. Todo lo contrario. Las cuentas de Montoro para 2015 le entregarán un poco más de munición a la oposición para percutir con el discurso del expolio de Madrid a los ciudadanos de la Comunidad. Y, sobre todo, encenderán un poco más a los empresarios, que llevan meses, sin éxito, presionando para intentar que el Gobierno de Mariano Rajoy cambie de estrategia en su relación con la Generalitat.
Como se recordará, los expertos de las Cortes cifraron la deuda histórica del Estado con la Comunidad en unos 14.000 millones por la infrafinanciación. Pero, además, la Cámara de Contratistas cuantificó el déficit acumulado de inversiones en unos 6.000 millones durante los últimos años. Fabra viene reclamando en los últimos meses un cambio del modelo de financiación -caducado desde enero- para que la Comunidad reciba un trato justo o, en su defecto, un mecanismo de compensación de unos mil millones anuales para cubrir la Sanidad y la Educación. No se atenderá esa petición pero tampoco el decálogo de los empresarios con inversiones concretas, rechazado por el PP la semana pasada en las Cortes y que ni siquiera las patronales autonómicas han podido trasladar a Montoro.
Estos presupuestos que entrega hoy el Ministerio de Hacienda al Congreso para iniciar el trámite parlamentario verán la luz, de hecho, sin que se haya producido el encuentro que los empresarios valencianos, a través de Fabra que a su vez tenía el visto bueno de Cristóbal Montoro, solicitaron a finales de julio. Desde entonces, sin embargo, en Madrid no han puesto fecha a la cita entre el enfado de los empresarios y la sensación interna del PP de que la figura de Alberto Fabra cada vez tiene menos peso cuando coge la A-3 o el AVE y llega a la villa y corte. De cumplirse la previsión que maneja cargos del PP y el propio Consell, el presupuesto dejará a la Comunidad, más o menos, como está. Y eso es otra derrota más.
