Pulgas. Han aparecido pulgas en el Palacio de Justicia de Villena y todo parece indicar que el foco procede del sótano, donde se almacenan miles de expedientes judiciales por falta de espacio aunque inicialmente fuera concebido como garaje. Precisamente es el lugar que el pasado martes fue fumigado por una empresa especializada a requerimiento de la propia Conselleria de Justicia. Pero, para que el proceso de desinsectación y desinfección resulte eficaz, el tratamiento deberá aplicarse en los próximos días en todas las plantas, salas y despachos el edificio judicial. Sólo así se podrá garantizar la desaparición de la plaga de este resistente parásito saltarín, que mide menos de cuatro milímetros, se alimenta de la sangre de los mamíferos y las aves, y puede llegar a trasmitir importantes enfermedades como la peste bubónica o el tifus.
Algunos trabajadores del Juzgado de Villena, donde también se encuentra el Registro Civil, podrían haber sufrido ya las molestas picaduras de estos sifonápteros que, en determinados casos, generan reacciones alérgicas que dan lugar a erupciones en la piel. Sin embargo, no se tiene constancia, por el momento, de que ningún ciudadano, abogado, fiscal o procurador haya servido de alimento al insecto. De hecho, este diario contactó ayer con varios letrados que suelen acudir a diario a los Juzgados de Villena y ni siquiera eran conocedores de la existencia de la plaga de pulgas. Sin embargo, a ninguno de ellos les causó extrañeza dado el estado de insalubridad que presenta el viejo edificio ubicado en el número 13 de la calle Sancho Medina.
Casualmente el lugar de donde procede el foco de los parásitos ha sido escenario, en los últimos años, de varias inundaciones de aguas fecales por la rotura de la red general del alcantarillado que han afectado a cientos de expedientes judiciales. Hasta en tres ocasiones se repitieron estas fugas de aguas negras entre octubre de 2010 y enero de 2011, dejándose sentir el fétido olor nada más entrar al inmueble, desde donde se propagaba por todas las dependencias de la planta baja llegando, incluso, a la primera planta. Nadie era ajeno a ello aunque los profesionales y los ciudadanos soportaron, resignados, un hedor penetrante que perduró muchas semanas.
Varios de los abogados habituales del Juzgado de Villena que vivieron aquel episodio cuatro años atrás aseguraron ayer a este diario que, tras las inundaciones, el sótano no fue sometido a ningún proceso de desinfección en profundidad. No les extraña, por tanto, que las pulgas hayan encontrado en ese espacio un «hábitat ideal» para reproducirse y expandirse. Pero no es la primera vez que los funcionarios tienen que enfrentarse a una plaga. En 2008 ya se las tuvieron que ver con las legiones de hormigas que campaban a sus anchas por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. En ese caso con los insecticidas de mano y la perseverancia se puso fin al problema pero para acabar con las pulgas va a ser necesario aplicar un procedimiento intensivo y especializado. Un tratamiento que podría poner de muy «malas pulgas» a usuarios y profesionales si finalmente hay que cerrar unos días el «Palacio».
