El sótano del Palacio de Justicia de Villena donde se almacenan miles de expedientes judiciales ha vuelto a sufrir otra inundación de aguas fecales procedentes de la red general de alcantarillado. Los residuos líquidos han salido por las rejillas de los sumideros alcanzando en algunos puntos los cinco centímetros de altura y afectando a cientos de documentos guardados en cajas de cartón.

Pero no es la primera vez que esto ocurre. Este diario ya dio cuenta a principios del pasado mes de octubre de la primera inundación. También se produjo en el sótano, un espacio concebido inicialmente como garaje para los vehículos oficiales pero que ha terminado convirtiéndose con los años en un improvisado almacén por la acuciante falta de espacio en el edificio judicial. Allí se encuentran depositados sobre palés de madera los procedimientos con archivo definitivo que deberían haberse trasladado meses atrás al archivo provincial de Justicia para su definitivo expurgo. Pues bien, en ese primer percance el agua alcanzó los quince centímetros de altura y dañó numerosos archivadores que contenían documentación de asuntos judiciales correspondientes a la última década del siglo pasado.

Tubería "histórica"

Las primeras explicaciones técnicas apuntaron como causa a un colapso en el alcantarillado al no poder soportar la "histórica y estrecha" tubería el vaciado de miles de litros de agua procedentes de la piscina cubierta que se está construyendo en el solar municipal anexo al Juzgado de Villena. A los pocos días el Ayuntamiento envío a sus técnicos para localizar el origen de la avería y acometer trabajos de limpieza y desemboce en la red de saneamiento subterráneo que atraviesa la calle Sancho Medina. El objetivo era evitar nuevas filtraciones pero el problema volvió a repetirse a los tres meses. Fue hace sólo dos semanas cuando los funcionarios detectaron una nueva acumulación de aguas malolientes en el garaje del Palacio de Justicia. Concretamente en la Festividad de los Reyes Magos. En esa ocasión el charquerío cubrió una amplia superficie del sótano pero fue poco profundo. Un par de centímetros como mucho que no llegaron a alcanzar los archivadores.

Pero como no hay dos sin tres ayer hubo una nueva fuga. La tercera en cuatro meses. El fétido olor se podía sentir nada más entrar en el edificio judicial y se propagaba por todas las dependencias de la planta baja llegando, incluso, a la primera planta. Nadie era ajeno a ello aunque profesionales y ciudadanos soportaban resignados un hedor que perdurará varios días más hasta que el agua residual sea retirada y limpiado el garaje.

Un problema sin solución a corto plazo

Las fuentes judiciales consultadas aseguran que el problema no tiene solución a corto plazo. Y ello por la imposibilidad de acometer en estos momentos obras en la calle para renovar la vieja tubería del alcantarillado que se colapsa y causa las habituales fugas de aguas residuales en los Juzgados. En la actualidad la zona por la que transcurre la red de saneamiento se encuentra acotada por las obras de construcción de la futura piscina cubierta climatizada, lo que impide abrir zanjas en la calle. Habrá que esperan a que finalicen las obras de la nueva instalación deportiva para actuar sobre la red de saneamiento.