«Proyectos como el que desde la Generalitat iniciamos hoy en el barrio de San Antón demuestran nuestro compromiso por mejorar la calidad de vida de las personas». Así se expresaba la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, en la colocación de la primera piedra que daba inicio a la renovación del barrio. Esto ocurría el 7 de julio de 2011, en un acto en el que la responsable autonómica estuvo acompañada de la alcaldesa Mercedes Alonso, recién llegada a la Alcaldía y que también adelantaba que el siguiente barrio en el que se iba a intervenir sería el de Los Palmerales.

Desde aquella fecha hasta ayer, día en que han comenzado las obras para levantar el primer bloque con el que se inicia de verdad la renovación del barrio, han pasado prácticamente tres años y medio. Tres años y medio de espera que forman parte de las más de dos décadas de paciencia que están teniendo los propietarios de unas viviendas en evidente deterioro.

Dos actos simbólicos

Tras aquella primera piedra, Alonso, en este caso acompañada de un grupo de vecinos, volvió a colocar otra «primera piedra» el pasado 26 de diciembre, en otro solar -donde ayer comenzaron los primeros trabajos para el nuevo edificio-, ubicado a unos 300 metros de donde se escenificó el acto simbólico con Bonig en 2011.

En aquella visita, la consellera recordó que la primera fase de las obras comprendía una superficie de 30.500 metros cuadrados y una inversión de más de tres millones de euros. El desaparecido Instituto Valenciano de la Vivienda, como ente gestor de este proyecto, iba a ampliar y renovar las infraestructuras urbanas del área, que contarían con una red viaria de 13.200 metros cuadrados, 1.500 m2 de zona verde y 10.600 m2 para equipamientos.

Además, esta primera fase contemplaba cinco proyectos de edificación para ejecutar 308 nuevas viviendas protegidas, que tendrían un coste edificatorio de 28 millones de euros.

Tras la visita de Bonig en el mes de julio de 2011, la alcaldesa y el concejal de Barrios, Daniel Rubio, volvieron al barrio en agosto a comprobar el inicio de las obras de urbanización y anunciaban que los cinco primeros bloques de San Antón deberían estar listos antes de finalizar 2014.

El edificio que ayer se empezó a acometer, el primero, -se ha comenzado con la excavación y las obras de servicio que conllevan el desvío de luz y tuberías de la zona- tiene un plazo de 16 meses de ejecución, por lo que hasta agosto de 2016 no estará listo en principio. Pimesa, que es el ente urbanizador del barrio, acaba de abrir el concurso público para los presupuestos de redacción de proyectos de los tres próximos bloques.

A tres bandas

El proyecto de renovación integral del barrio de San Antón, incluido en el Plan de Vivienda 2005-2008, implicaba un coste total de 36,7 millones de euros financiados por el Gobierno (9,8 millones), la Generalitat (9,8), el Ayuntamiento (3,1), y los propios vecinos del barrio (13,8), quienes recibirán una vivienda «totalmente renovada, habitable y accesible», según avanzó Bonig en el acto de 2011 cuando colocó la primera piedra en el solar anteriormente ocupado por el centro social. Tres de las cinco nuevas edificaciones previstas en la primera fase se iban a levantar aquí, mientras que los otros dos se preveían para la zona de las pistas de petanca.

No obstante, pese a estar el Partido Popular en el Gobierno central, en la Generalitat y en el Ayuntamiento, el grueso de las obras no han podido empezar a ser una realidad hasta el final de mandato de Alonso. Las «obras de urbanización» que se acometieron en 2011 trataban de dejar preparado el terreno para levantar bloques, algo que desde hace años se ha convertido en un descampado donde los propietarios de perros llevan a sus mascotas.

Problemas de crédito

En octubre de 2013, Isabel Bonig atribuía los retrasos en la construcción de los bloques de la primera fase de San Antón, la demolición de las viviendas (actualmente no hay fondos para su derribo), la urbanización del espacio que dejen los pisos que se tiraran y los realojos, a la complejidad de la actuación, pero también a «la dificultad de acceso al crédito en la actualidad, lo que hace que los propietarios de las viviendas no puedan acreditar la disponibilidad de su aportación». Así se desprendía de la respuesta a una pregunta planteada en las Cortes Valencianas por la diputada socialista María José Salvador.

«Ha llegado el momento en el que, por fin, los vecinos de San Antón podrán disfrutar de una vivienda digna gracias a este proyecto pionero en el que se han involucrado las tres administraciones: central, autonómica y local», destacaba Alonso junto a la consellera en 2011.