Desde ayer el aeropuerto internacional de Alicante-Elche se ha convertido oficialmente en zona de acceso limitado para los taxis de fuera del municipio ilicitano. No es una zona blindada, porque ese no es el objetivo, pero desde ahora se va a llevar a cabo un mayor control sobre vehículos sin licencia que cobran por recoger pasajeros, y sobre todo sobre aquellos taxis de otras poblaciones que realicen servicios de manera indiscriminada en El Altet.
La alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, declaró el pasado 15 de abril: «El 1 de mayo se aplican todas las medidas que se establecieron en la última reunión en la Dirección Territorial de Transportes. Ésta es una cuestión muy importante y que llevan tiempo reclamando desde el sector del taxi».
Estas medidas en principio pasan por una mayor vigilancia por parte de la Policía Local sobre aquellos taxis de otras localidades que realicen un número abusivo de recogida de pasajeros.
En concreto, desde ayer, cada taxista de fuera de Elche sólo podrá recoger pasajeros con un máximo de seis servicios al mes, con un total de 72 servicios al año.
Cuando se tenga constancia de que algún profesional de fuera de Elche supera esta cifra, la Policía Local lo pondrá en conocimiento de la Dirección General de Transportes, que será la encargada de incoar un expediente y, en última instancia, imponer una sanción.
En teoría los controles no sólo deben hacerlos los agentes locales, sino también los inspectores de la Generalitat, pero éstos apenas aparecen en el aeropuerto, en palabras de los propios taxistas de El Altet.
En cualquier caso, fuentes de Radio Taxi Elche mostraron ayer su satisfacción por la entrada en vigor de estos controles. «Son buenísimas medidas. Nosotros por supuesto estamos muy contentos», señalaban desde el sector del taxi ilicitano.
«Eliminar el abuso»
A juicio de estos profesionales las medidas que se están poniendo en marcha «tratan de eliminar y el abuso y el descontento de los taxistas que trabajan allí, en referencia al aeropuerto.
Las mismas fuentes indican que ellos no se oponen a que compañeros de otras poblaciones realicen servicios esporádicos. «Lo que nos hace daño es cuando van cinco o seis veces días» a recoger pasajeros, indican desde Radio Taxi Elche, a la vez que se asegura que estas medidas son necesarias «para oxigenar la economía de los taxistas» ya que se afirma que la situación no es precisamente buena en general. Los taxistas ilicitanos además se sienten apoyados por compañeros de Málaga y de otras localidades con una situación similar en sus respectivos aeropuertos.
No obstante, cabe señalar que el aeropuerto de El Altet cuenta con al menos tres viales de acceso. Es decir, además de la planta 0, donde se encuentra habilitada la parada oficial de taxis, también está la planta 2, donde se bajan los pasajeros que tienen que tomar vuelos, así como una tercera zona donde pueden llegar los vehículos y que coincide con la planta de acceso al aparcamiento.
Así las cosas, no va a ser nada fácil para la Policía Local controlar, dadas las grandes dimensiones del aeropuerto, el control de taxis foráneos.
Además, los agentes no pueden multarlos, tan sólo realizar un apercibimiento y elevar un informe a la Dirección General de Transportes.
En cualquier caso, representantes de los taxistas ilicitanos quisieron destacar ayer «el compromiso por parte de la Policía Local de Elche y del Ayuntamiento» para poner freno al problema del intrusismo.
El pasado 13 de marzo todos los taxistas de Elche pararon durante 24 horas en protesta por el masivo intrusismo por parte no sólo de taxis de otras poblaciones, sino también por el daño que hacen los vehículos «pirata». La «llamada de atención» causó de inmediato su efecto puesto que las administraciones local y autonómica han mantenido varias reuniones con representantes de los taxistas ilicitanos para abordar el problema. Finalmente, acordaron con los profesionales del sector ilicitano al menos tres medidas.
Una, la que ayer entró en vigor: la limitación de servicios a los taxistas procedentes de otras poblaciones. Una segunda, que también tiene que estar operativa ya, es vigilar, por parte de la Policía Local, que no se superen estos cupos, tarea asignada a los inspectores de la Generalitat y a la Policía Local de Elche.
La tercera medida, la más novedosa a priori, pasa por la colocación de un lector de matrículas que detecte posibles incumplimientos por parte de taxis de fuera de Elche. Fuentes municipales indicaron que este lector depende de la autorización de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) y en principio podría llegar después del verano.
Por otra parte, también quedó claro que se descarta la colocación de una barrera de control de acceso por su elevado coste y otros problemas operativos y administrativos que podría generar la misma.
