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Fin de año de locura en el Orihuela

La destitución de Pato ha crispado todavía más los ánimos de la afición - La ilusión por la vuelta a Segunda B se ha convertido en una pesadilla

Pato, extécnico del Orihuela, Antonio Felices, presidente, y Gerard Albadalejo, entrenador actual del equipo

La inesperada destitución como entrenador del Orihuela de José Francisco Grao «Pato», que gozaba del cariño y el apoyo de la afición, y la contratacion de Gerard Albadalejo ha desatado la locura en el entorno del club escorpión. Lejos queda el ascenso a Segunda B y la temporada de récord que protagonizada en Tercera División hace apenas seis meses. Cercano en el tiempo, pero a la vez tan lejano en la mente de los aficionados. Y es que los acontecimientos recientes siempre marcan el sentir y el estado de ánimo de los seguidores.

El Orihuela no ha podido estar más desacertado en su planificación de cara a una ilusionante temporada en el regreso la categoría de bronce. Unos desaciertos que, acompañados de acontecimientos surgidos ajenos, han convertido este primer tramo de la temporada en una pesadilla.

La vuelta a Segunda B ha estado acompañada de tantos sinsabores y acontecimientos sorprendentes, que toda la ilusión que el club construyó para los aficionados ladrillo a ladrillo, se ha desmoronado como un castillo de naipes se tratara.

Y lo peor, es que en un intento desesperado de mejorar la situación, algunos dirigentes del club (no todos han compartido el cambio de entrenador) han tomado decisiones que no han hecho más que empeorar la situación, al menos en cuanto a apariencia de estabilidad y en relación a la ilusión y apoyo de la afición, como ha sido la destitución de Pato, precisamente cuando parecía que, lenta pero progresivamente, los números del equipo iban mejorando. No obstante, el tiempo será el que determine si han sido o no acertadas.

Problemas desde el principio

Ya en el inicio de temporada comenzaron a surgir problemas con la ausencia de resultados positivos, continuas lesiones y el cierre del campo de Los Arcos, primero por los daños ocasionados por las inundaciones de septiembre, y después por la resiembra del césped, lo que obligó al equipo a jugar como local dos partidos fuera de casa y afrontar los siguientes en su fuero, pero en unas condiciones tercermundistas por el mal estado de las instalaciones.

En lo deportivo, el Orihuela continuó con los malos resultados provocados, principalmente, por la sangría de goles que recibía, que le llevó a convertirse pronto en el más goleado del grupo. Cuando el club tomó la decisión de destituir a Miguel Ángel Villafaina, comenzó una ronda de conversaciones con distintos entrenadores para hacerse de un equipo que entonces ya ocupaba la última posición de la tabla.

El presidente del club, Antonio Felices, apostaba entonces por Pato, pero el vicepresidente y mayor accionista de la entidad, Luis Terrés, prefería otras opciones. Toni Seligrat y Claudio Barragán fueron los mejores posicionados, pero no hubo acuerdo. Fue entonces cuando Luis Terrés (hijo), que hacía las veces de director deportivo, tras la dimisión unos días antes de Domingo Grau, contactó por primera vez con Gerard Albadalejo. Era su opción preferida, pero no cerró ese acuerdo y, en el último momento y de la misma forma inesperada con la que ha sido destituido, fue fichado Pato.

Mientras todo esto ocurría, un grupo inversor formado, entre otros, por representantes de jugadores, se interesaron en formar parte del club y comenzaron algunos contactos, pero sin llegar a producirse reuniones concretas. En lo deportivo, con Pato, el equipo mejoró sus registros en cuanto a los goles encajados, reduciendo considerablemente su media por partido. De los seis partidos que dirigió en liga, en tres tuvo que jugar en inferioridad numérica por expulsiones y se enfrentó a equipos de la zona alta. Pese a todo, logró sumar 5 puntos. Pero el mayor éxito llegó con la clasificación para disputar la segunda ronda de la Copa de Rey a partido único en Los Arcos contra el Villarreal de Primera División, tras eliminar en los penaltis al Cornellà.

Con esa nueva ilusión de la Copa del Rey ante un Primera más de diez años después, que se disputará el 11 de enero, y con los ingresos económicos que ello generará, se marchó de vacaciones navideñas del Orihuela.

Luis Terres y su hijo

Pero el regreso del descanso, previo al final de año, ha sido de locura. Luis Terrés mantuvo una reunión con el grupo inversor que pretende formar parte del club, y paralelamente, tomó la decisión de cesar a Pato y apostar por Albadalejo, que era la opción de su hijo en noviembre. Así, será el técnico catalán, que eliminó con el Lleida a la Real Sociedad de la Copa del Rey, quien se siente en el banquillo oriolano en el partido ante el Villarreal de Copa, para el que Pato clasificó al Orihuela.

Para completar el fin de año de locura, las obras para instalar las nuevas gradas que sustituyan a las dañadas por las inundaciones, ya derribadas, no parece que se vayan a terminar a tiempo para el partido de Copa del 11 de enero, por lo que queda en el aire si se podrá o no jugar en Los Arcos.

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