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Carné de conducir en Alicante: La alta tasa de suspensos provoca la fuga a otras provincias

De las 39.091 pruebas celebradas en un año, más de la mitad han sido no aptas. En las provincias limítrofes el número de aprobados supera al de suspensos, lo que provoca, según las autoescuelas, una fuga de personas para examinarse

Imagen de archivo de las protestas que las autoescuelas llevaron a cabo con motivo de una huelga de examinadores que paralizó el sector en la provincia. Pilar Cortés

Sacarse el carné de conducir en la provincia de Alicante no es tarea sencilla. Los datos de la Dirección General de Tráfico ponen de manifiesto que en los últimos años, el porcentaje de suspendidos supera al de aprobados en las pruebas prácticas.

De las más de 39.000 pruebas celebradas en un año, el 56% de los aspirantes suspendió, según los datos recogidos en el último anuario de la Dirección General de Tráfico relativos a 2017. Una tendencia que se repite en los años anteriores y que lleva de cabeza a las autoescuelas. «Sacarse el carné a la primera pasó a la historia», lamenta Lola Mula, presidenta de la asociación Unión Vial, que grupa a 52 autoescuelas de la provincia de Alicante. Esta entidad critica que en provincias vecinas, como Murcia, Albacete o Valencia, las pruebas de conducir son más sencillas.

De hecho, según los datos de la DGT en estas provincias el índice de aprobados es superior al de personas suspendidas, lo contrario que ocurre en la provincia. «Estamos detectando una importante fuga de personas que acuden examinarse a localidades como Almansa o Gandía y también hay ya autoescuelas de la provincia que han abierto sucursales en estos municipios», señala Mula.

Causas

Para la representante de esta entidad hay distintos factores que influyen en este elevado número de no aptos. Para empezar la dificultad de las pruebas, que se ha redoblado en los últimos años a raíz de la entrada en vigor de una nueva directiva europea.«Las pruebas pasaron a tener un tiempo mínimo de 25 minutos, mucho más que antes, por lo que el alumno pasa mucho más tiempo en tensión». También el tráfico de la ciudad de Alicante juega en contra. «La circulación aquí es muy complicada, con elementos, como las raquetas, que prácticamente no existen en otras zonas de España».

Pero la representante de la asociación de autoescuelas también carga contra algunos examinadores de Tráfico. «Hemos presentado quejas hacia el trato que algunos funcionarios dispensan a los alumnos, porque no hay derecho a que ciertos examinadores vayan todo el examen resoplando, hablando mal los chicos y gesticulando». Desde la asociación sostienen que han pedido a la delegación de tráfico provincial datos de suspendidos y aprobados por examinador, «pero no los facilitan». Mula también critica que los examinadores no trabajen en agosto, por lo que no se hacen exámenes durante este mes, y las malas condiciones en las que tienen que esperar los jóvenes el día del examen. «Tenemos que esperar a veces horas en un descampado, en el que no hay sitios para sentarse ni aseos, por lo que los nervios de los chicos se disparan, lo que tampoco les favorece de cara al examen».

Una de las consecuencias directas de esta situación, «es que el precio de los carnés de conducir se ha subido por las nubes, ya que si antes eran necesarias 20 prácticas ahora no bajan de 40, por lo que el coste se dispara a 1.000 euros». De hecho, el número de licencias de conducir expedidas en la provincia de Alicante ha ido bajando notablemente en los últimos años, en concreto un 32% en la última década. Las autoescuelas creen que parte de la culpa de este descenso la tiene el elevado número de suspensos, que desanima a los chicos, y el encarecimiento del carné de conducir.

La relación de las autoescuelas con los examinadores de Tráfico ha atravesado importantes momentos de crisis en los últimos años en la provincia. En verano de 2017, los funcionarios de tráfico iniciaron una huelga a nivel nacional que puso contra las cuerdas a todo el sector en la provincia. Los examinadores protestaban por la falta de plantilla que les hacía examinar a diario a 13 personas en la provincia de Alicante. Por su parte, las autoescuelas se sentían las grandes perjudicadas de esta situación por la pérdida de negocio. La patronal de las autoescuelas llegó a pedir amparo al Defensor del Pueblo y al Gobierno al peligrar miles de puestos de trabajo.

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