Existen muchas alternativas para conseguir un plus en nuestra economía. Una opción en alza es la denominada nuda propiedad o, lo que es lo mismo, vender nuestra casa con nosotros dentro. La pérdida de poder adquisitivo y las bajas pensiones han disparado esta práctica, que permite al propietario obtener beneficios por su inmueble pero seguir viviendo en él hasta su fallecimiento. La provincia de Alicante oferta cerca de 150 pisos hasta un 60% más baratos a cambio de dejar al dueño permanecer en él de por vida, en régimen de usufructo.

Este fenómeno ha crecido un 300% en el primer semestre del año y ya son muchos los casos en ciudades como Benidorm, Alicante y Villena, donde un alto número de personas mayores se han decantado por esta opción para garantizar una vejez digna. Aunque a priori pueda resultar difícil de creer y esté generando la sorpresa de unos y la indignación de otros, la opción no es descabellada si imaginamos el caso concreto de un anciano que no puede cubrir sus necesidades básicas y que desea morir entre las paredes que esconden un valor emocional. Es, por tanto, su única salida para no dejar atrás sus recuerdos y su historia.

Se trata de una transacción completamente legal que está muy arraigada en países como Italia o Francia. Sin embargo, España siempre ha estado atada a la idea de que los bienes deben pasar de generación a generación.

Según Eduardo Molet, agente inmobiliario especializado en la nuda propiedad, existirá un cambio de mentalidad «debido al envejecimiento de la población y a la necesidad que existe de complementar las pensiones». En referencia a la tradición de atesorar más riqueza en casas que en productos financieros, Molet indica que «en un futuro no se podrán garantizar unos ingresos suficientes para mantener calidad de vida de los jubilados. Los españoles no han hecho planes de pensiones privados, ya que sus ahorros los han dedicado a invertir en la compra de la vivienda».

El agente explica que el propietario de la vivienda tiene su pleno dominio, es decir, tanto la nuda propiedad como el usufructo vitalicio. Si vende la nuda propiedad, pero no el usufructo, mantiene el derecho a usar y disfrutar el activo hasta el fin de sus días. Según Molet, el comprador de la nuda propiedad no adquiere el pleno dominio del inmueble hasta el fallecimiento del usufructuario, derecho que se extingue cuando este fallece. «Es en ese momento cuando el comprador de la nuda propiedad adquiere el pleno dominio».

El pago se realiza de una sola vez y el inversor se encarga de los gastos de IBI y derramas extraordinarias. El vendedor, que se queda con el usufructo, pagará los gastos corrientes y las cuotas de la comunidad.

El precio debe ser el acordado por ambas partes, considerando el valor de mercado del inmueble y la edad del vendedor. A mayor edad, mayor precio. Sin embargo, las agencias especializadas en esta modalidad no entran a considerar la salud. Destacar que si el usufructuario no desea continuar viviendo en su casa, podrá alquilarla y obtener íntegramente esa renta.

La mayor oferta está en las grandes ciudades y en las viviendas de calidad media alta. El 89% de los españoles mayores de 65 años viven en pisos de su propiedad y sólo un 4% tienen inmuebles en alquiler. Sin embargo, de los europeos mayores de 65 años solo un 40% vive en casas a su nombre. «Por eso los europeos han ahorrado en planes de pensiones privados y resulta imposible para los españoles que han invertido solo en comprar su vivienda».

Los vendedores suelen ser jubilados de 70-80 años con necesidades económicas y cuya pensión no le llega para mantener su calidad de vida. Por su parte, los compradores son personas solventes de 45-50 años que disponen de un dinero ahorrado que prefieren invertir en un sector emergente como es la tercera edad, y un sector tradicional como es el ladrillo, que consideran más seguro, según dice Molet. «Nosotros tenemos 20 años de experiencia en compraventa de pisos de forma normal. Con esa experiencia nos hemos especializado en nuda propiedad porque creemos que hay futuro», añade Molet.

Municipios

El hecho de que el precio medio de la vivienda en los municipios de la costa mediterránea haya aumentado un 4,8% en tasa interanual durante el pasado mes de agosto y el interés general por la compraventa de los inmuebles de costa hace que Alicante y Benidorm sean dos de los municipios con mayor oferta de la provincia. Les sigue Villena, con muchos interesados en vender su hogar de esta manera. En esta misma localidad, una señora de 99 años tiene un piso en el centro con un valor de 90.000 euros. Sin embargo, lo ha puesto en venta por 56.000 euros a través de esta fórmula. En Benidorm, numerosos extranjeros ya se han interesado en vender a través de la nuda propiedad: «Pensaban que no se podía realizar porque ellos están acostumbrados a hacerlo en sus países, ahora se está corriendo la voz de que en España también es legal y que se puede llevar a cabo con todas las garantías», en palabras textuales de Molet.

Testimonio de una propietaria

Asunción -nombre ficticio- es una jubilada de 86 años que vive en Benidorm y que acaba de poner su vivienda en venta. Tras ser asesorada por su agente inmobiliario, ha aceptado hacerlo a través de la nuda propiedad porque prefiere no ir a vivir con sus hijos y no tiene suficientes ahorros ni una pensión digna como para llegar a fin de mes: «Desde que murió mi marido no puedo hacer frente a los gastos y tampoco quiero pedir dinero a mis hijos ni irme a vivir con ellos. Soy lo suficientemente autónoma como para estar sola», según Asunción, quien prefiere no dar su nombre real ni desvelar demasiados detalles «porque no quiero que nadie me juzgue».

Conoció el alcance de esta práctica hace unos meses, cuando su agente le habló de que era la única posibilidad de seguir soplando velas en el hogar de sus recuerdos, en el que ha permanecido en los últimos 40 años.