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Retirada del PGOU

Cientos de edificios sin protección en Alicante

El Consell confirma el desistimiento del Plan General sin que el Ayuntamiento haya pedido mantener el trámite del catálogo de edificios protegidos, donde figuran 583 inmuebles

Cientos de edificios sin protección en Alicante

La imprevisión del Ayuntamiento de Alicante al pedir la retirada del Plan General de Alicante en su conjunto sin mantener lo referente al Catálogo de Inmuebles Protegidos para tramitarlo de manera independiente deja en aire la protección de cientos de edificios. Ayer el Consell aprobó el desistimiento del PGOU y su devolución al Ayuntamiento, catálogo incluido. Ahora, Urbanismo busca fórmulas contrarreloj para encontrar una solución al desamparo de los inmuebles antes de que la resolución autonómica sea firme en un mes.

El catalogo de edificios de la última revisión del Plan General (en 2010) contempla la protección 583 elementos y espacios. Aproximadamente la mitad no están recogidos ni en el plan de edificios protegidos de 1982 ni en los planes de protección del Casco Antiguo o el Centro Tradicional. Algunos de esos edificios, como las Torres de la Huerta o la Estación de Renfe, están amparados por planes actualmente en trámite, pero el resto queda en el limbo. Es el caso, por ejemplo, de numerosos edificios centenarios del entorno del Mercado Central o, incluso, algunas infraestructuras públicas, como el instituto Jorge Juan, la antigua estación de autobuses de Séneca y los murales de Gastón Castelló o el Palacio de Justicia de Benalúa, entre otros.

Aunque el catálogo del Plan General no había llegado a entrar en vigor, el Ayuntamiento de Alicante se acogía a la legislación sobre licencias en «edificios catalogados o en fase de catalogación» para no conceder permisos de demolición en inmuebles que se incluían dentro de ese catálogo en trámite. Su anulación deja, por tanto, en el aire el futuro de muchos de esos inmuebles. Una situación ante la que no reparó la administración local cuando acordó a principios de febrero desistir del Plan General investigado por los tribunales para elaborar uno nuevo, alejado de sospechas y adaptado a la situación actual de la ciudad. Es ahora cuando desde Urbanismo se han puesto a buscar fórmulas para tratar de dar una solución antes de que sea firme la decisión del Consell para, manteniendo el rechazo al Plan General pero reactivando exclusivamente el trámite del catalogo de protección.

«Hay un mes para que sea efectivo el desistimiento y estamos buscando fórmulas, aunque lo normal sería tramitar el catálogo al margen del nuevo Plan General que se elabore», sostiene la edil del área, Marta García-Romeu, quien indica que la solución que se adopte, probablemente, necesite de la aprobación por parte del pleno o de la Junta de Gobierno Local. Aunque la edil trata de restar importancia a la situación, asegurando que «los grandes edificios y zonas más emblemáticas» mantendrían, en cualquier caso, su protección por estar recogidos en los planes vigentes, diferentes expertos consultados advierten del riesgo para el patrimonio. No tanto en los edificios de carácter público como en aquellos particulares.

Los planes de protección vigentes salvaguardan alrededor de 250 edificios y espacios de la ciudad, como la Explanada o Luceros, y también quedan protegidos los declarados como Bien de Interés Cultural o de Relevancia Local, pero son muchos los nuevos inmuebles que estaban en trámite de proteger y que dejarían de estarlo. Entre ellos, el arquitecto de Alicante Vivo, Rubén Bodewig, cita algunos en Maisonnave, en la calle Segura o, por ejemplo, el de Jesuitas. Igualmente, apunta a la situación en la quedaría el edificio del antigua estación de autobuses de Séneca o las escalinatas del Jorge Juan, ambos protegidos en el catálogo del Plan General pero no en los planes vigentes.

Otros elementos quedarían recogidos por planes en trámite, como el de Tabarca, el del cementerio, el del soterramiento o el las Torres de la Huerta. No obstante, desde Alicante Vivo advierten de que sin planes aprobados definitivamente y en vigor, el patrimonio no queda completamente salvaguardado. Al respecto, citan ejemplos como las obras en un edificio de la calle Segura protegido en el catálogo del Plan General o «el flagrante derribo de las harinas Magro en San Blas».

De hecho, algunos de los edificios que aparecían en el catálogo ya ni siquiera existen porque han sido demolidos dado su pésimo estado de conservación.

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