Los socialistas alicantinos se encomiendan a la unidad y a la lealtad a las siglas para intentar aparcar su crisis interna y, al menos, preparar con una cierta calma el proceso de elección de sus candidatos municipales y cuadrar un proyecto para concurrir a los comicios de 2015. Esa es la base de la propuesta de resolución que la dirección local del PSPV-PSOE, encabezada por Gabriel Echávarri, someterá mañana a la asamblea del partido en Alicante, convocada para las 17:30 horas en la Universidad de Alicante y que se celebrará bajo el síndrome de la última bronca interna en el grupo municipal socialista.

El documento, sujeto a cambios y que todavía ayer se estaba ultimando, hace, de forma rotunda, un análisis catastrófico de la gestión del PP pero advierte, lejos del planteamiento que esgrimen los notables de la vieja guardia del PSPV, de que ya no vale sólo con el empuje de las siglas: o hay un cambio interno, viene a subrayar el análisis, o no habrá conexión con la sociedad. Síntoma evidente de que una parte del partido le empieza a ver las orejas al lobo pero también de que, esa situación, les obliga a la vez a buscar algún tipo de salida al profundo pozo en el que se encuentran sumidos.

La ejecutiva local intenta, de esta manera, aparcar el conflicto interno de sus concejales y tratar de mitigar el impacto de las disputas en el grupo municipal socialista, impulsadas por las rencillas personales con cuestiones políticas como el tratamiento de basuras, la ordenanza de veladores, la deuda ilegítima o las diferencias de criterio sobre el futuro del planeamiento urbanístico de Alicante actualmente bajo sospecha por el supuesto trato de favor de Sonia Castedo y Luis Díaz Alperi a Enrique Ortiz en la tramitación ejerciendo como detonantes. La cúpula socialista intenta que la asamblea de mañana, sugerida por el propio Ximo Puig como una de las salidas al bloqueo de la agrupación como consecuencia de las disputas en el grupo municipal, ofrezca una imagen de propuesta alejada de riñas. De ahí la idea de poner encima de la mesa una especie de «hoja de ruta» política sobre Alicante.

En la redacción final del documento han participado Gabriel Echávarri, el catedrático José Asensi encargado, muy probablemente, de explicar el texto a los militantes y el diputado autonómico Ángel Luna.

La resolución, junto a durísimos ataques al PP y a la necesidad de cambiar el rumbo de la capital, sugiere, en síntesis, que los socialistas deben centrar sus esfuerzos en recuperar la credibilidad ante los ciudadanos sobre la base de superar los errores con una importante dosis de autocrítica. La iniciativa que se someterá a consideración de la asamblea reconoce que la organización debe afrontar un proceso interno que garantice una mayor unidad pero resolviendo las discrepancias desde el diálogo y la lealtad con el proyecto. Todo ello, además, dentro de una apuesta de superación de los conflictos individuales, de los intereses de grupos y también de las constantes disputas entre las «familias».

Y, además, todo ello aderezado de una reflexión que molesta, especialmente, a un sector de la cúpula del PSPV, convencido de que la pulsión de cambio les llenará, como antaño, la saca de votos: o se produce ese cambio señalan los autores o, posiblemente, los socialistas no serán capaces de sacar cabeza. Los votos, viene a sugerir el texto, ya no llegan por generación espontánea. Las siglas ya no son suficientes. Los redactores sugieren que la formación necesita unidad para facilitar su relación con la ciudadanía y, al tiempo, mejorar los procesos de selección de candidatos. Plantea, sin ambages, que los futuros miembros de las listas socialistas deben ser personas con trayectoria, sin intereses personales, de convicciones socialistas y competentes con la intención de formar equipos creíbles. No hay más salidas.