Un sacamuelas para el Hércules en su visita a Badalona. Los de Tevenet visitaron uno de los peores campos de la categoría, de esos que te recuerdan lo cruda que es la Segunda B. Poco se podía hacer en un escenario así, con la pelota de brinco en brinco, imposible por abajo, bailando de cabeza en cabeza. Con todo, los blanquiazules pecaron otra vez de falta de ambición fuera de casa, como hace quince días contra el filial del Valencia. En esta ocasión, al menos, Tevenet no se parapetó tras un trivote y el césped artificial sí que se puede utilizar como excusa.

El resultado de todo esto es que Hércules y Badalona ofrecieron un tostón, un partido de difícil digestión para el espectador. Los alicantinos se limitaron a ser sólidos atrás -por ahí quiere crecer Tevenet-, sujetados por el buen rendimiento de sus centrales, Román y Pol Bueso. Portería a cero y esperar que llegara una ocasión. Se consumía el partido sin que apareciera hasta que la tuvo Paco Peña en el minuto 89. El primer disparo a la portería de Morales, a bocajarro, fue repelido tras una gran intervención del meta. Pudieron ganar los blanquiazules pero el capitán no encontró el premio final.

Repitió Tevenet con el equipo que goleó al Eldense, una alineación coronada por jugones como los Flores o José Gaspar. La apuesta por el talento no ofreció resultado de inicio. En el césped artificial de Badalona el balón bota como un conejo y sus reducidas dimensiones favorecen la presión de los locales. Así se explica que sólo hayan encajado tres golea en las siete primeras jornadas de la competición liguera.

La primera parte apenas dejó migajas. Sólo un tímido remate de cabeza de Berrocal en los compases iniciales y un disparo mordido de Peña tras un saque de banda. Sí, tras un saque de banda porque está fue la única vía que probó el Hércules para buscar la meta rival. Los balones que salían fuera en campo contrario por la derecha eran colgados al área por Javi Flores y los que lo hacían por la izquierda, por Peña. El Badalona llegó mejor al descanso gracias al juego entrelíneas de Iván Agudo, un zurdo interesante.

Tras el entreacto no cambió mucho el panorama, por más que Gaspar probara fortuna con un lejano zurdazo antes de que llegara el minuto 50. Fue una de las últimas acciones del extremeño, que cedió su plaza a un Nieto que no pudo aportar profundidad pese a buscar el regate en varias ocasiones. El Badalona tampoco contribuía a que hubiera confetis. Algún detalle de Agudo y el buen juego desde la izquierda de Musa, un lateral de físico imponente.

Hubo que esperar a que llegara el último cuarto de hora del partido para que el Hércules diera un paso al frente a por algo más que el empate. Lo intentaron los alicantinos buscando amplitud sobre el césped artificial, lo imposible. Román y Bueso seguían siendo dos centinelas en defensa y Checa siempre estaba dispuesto para echarles una mano. El problema es que todos los hombres de atrás tenían la consigna de reventar el balón en dirección a Berrocal, intentando una segunda jugada que nunca llegó. Si la idea de Tevenet era la del fútbol directo, mejor le hubiera ido con dos delanteros, lo que hace más inexplicable que Mainz no jugará ni un minuto.

No llegó esa jugada directa, ese balón muerto en tres cuartos de campo que permitiera la intervención de los mediapuntas del Hércules. Sí que apareció un balón muerto en el segundo palo del Badalona tras la intervención de Salinas, ya sobre el terreno de juego. El esférico fue rematado por un Peña al que Morales se le hizo gigante. Tras esa gran ocasión sólo quedo tiempo para un lanzamiento de falta de Chechu que no alteró al meta.

El rácano espectáculo entre Hércules y Badalona se quedó sin ganador, nadie querrá rebobinar la cinta del partido. Los blanquiazules tendrán que hacer bueno el punto en el Rico Pérez tras desperdiciar esta jornada la oportunidad de acercarse a la cabeza.