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El retorno de inmigrantes pone contra las cuerdas al campo de Elche

Las cooperativas agrarias advierten de la dificultad que tienen para completar las cuadrillas que recogen los frutales

El retorno de inmigrantes pone contra las cuerdas al campo de Elche

El retorno de inmigrantes está dejando al Camp d'Elx sin mano de obra. Las campañas de recolección de limones y brevas han sido las primeras en sufrir el descenso de la inmigración, que nutría las cuadrillas de temporeros, que ahora cuesta completar por la falta de interés de los parados en trabajar en el campo, justo lo contrario de lo que sucedió durante los peores años de la crisis económica que ha atravesado el país.

«Llamamos a las personas que tenemos en la lista y, o tienen otro trabajo, o ya no están en España», explicó el gerente de Cambayas, José María Martínez. Una circunstancia que está llevando a las cooperativas agrarias a echar mano de las empresas de trabajo temporal (ETT), donde también se están encontrando con el mismo problema. «Cuesta mucho encontrar a personas dispuestas a trabajar en el campo», apuntaron desde el sector de las ETT.

Los agricultores son los que se encargan de realizar las tareas diarias en el campo, pero cuando llega la época de recolección de los cultivos, ya sean hortalizas o frutales, se echa mano de las cooperativas, que son las que proporcionan la mano de obra para llevar a cabo la recolección. Un trabajo que durante los últimos años ha estado, principalmente, en manos de la población de inmigrantes, ya que los españoles han ido abandonado el campo por otros oficios.

Sin embargo, el hecho de que la situación económica haya empujado a muchos inmigrantes a regresar a su país de origen provoca un descenso en la mano de obra del campo, que ahora está empezado a sentirse con más fuerza. «La campaña de brevas la vamos a salvar», apuntó Pedro Valero, de Asaja Jóvenes Agricultores, que reconoció que «el problema puede agudizarse con la recolección de la granada».

Desde Cambayas advierten que para la recolección de la granada se precisa de mucha mano de obra, debido a los miles y miles de kilos de granada que se recolectan, y que es ahí donde se notará más la falta de personal.

Los temporeros suelen moverse por la geografía española en función de donde haga falta su mano de obra. En Elche se trabaja más en la recolección de las hortalizas de invierno, en la campaña de brevas y en la recogida de las granadas. Cada campaña ofrece trabajo para, más o menos, un mes, y el salario suele rondar los 1.000 euros mensuales.

Inestabilidad

La falta de estabilidad es lo que lleva a muchos trabajadores a desechar los contratos que se ofrecen para las temporadas fuertes, unido a que algunos han encontrado ocupación en otros sectores, como la construcción.

Diferentes variables que al final afectan al sostenimiento de un sector importante del campo ilicitano, donde los agricultores tienen cada vez más edad y necesitan del empuje de la juventud para conservar las explotaciones.

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