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Un futuro muy incierto

La venta de acciones del crédito del IVF y el convenio de acreedores condicionan el próximo proyecto

Un futuro muy incierto

Una vez que el Elche se ha quedado sin opciones de alcanzar una plaza en la promoción de ascenso a Primera División, las miradas ya están puestas en el nuevo proyecto de la próxima temporada.

A pesar de que hay tiempo para trabajar con cierta tranquilidad y sin las prisas del verano pasado, el futuro no está nada claro y se presenta bastante incierto, tanto en el aspecto institucional como deportivo.

A nivel de club, el inicio del proceso de venta del crédito de 14,6 millones que avaló el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que significa una mayoría accionarial de la entidad franjiverde, deja la incógnita de quién será el nuevo dueño del Elche y la manera de gestionarlo.

El Banco de la Generalitat ha sacado a pública subasta el crédito y, según ha señalado el alcalde de la ciudad, Carlos González, «el IVF nos habla de inversores nacionales e internacionales dispuestos a presentar ofertas. Para González, cuando se la pregunta por sus preferencias, señala que «un inversor local sería magnífico; si no, la prioridad es que haya un club ordenado y viable. El Elche debe tener un accionista mayoritario que fije un rumbo claro y de tranquilidad».

Incluso, en los últimos días, se ha rumoreado la posibilidad de que los miembros del actual consejo de administración presente una oferta, aunque el presidente, Diego García, señaló, en su última visita al Ayuntamiento, que aún no habían valorado esa posibilidad y que estaban buscando empresarios ilicitanos que pudieran comprar el paquete los títulos del Instituto Valenciano de Finanzas.

Además del control del club, la entidad franjiverde también debe cerrar el convenio con los acreedores. La fecha que fijó fue antes de finales de año, pero, el nuevo presidente, incluso, espera poder llegar a un acuerdo «a la vuelta del verano».

Esta situación también condiciona el proyecto porque, al estar en concurso de acreedores, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) obliga a tener un límite salarial, como ha ocurrido esta temporada, e impide firmar futbolistas por encima de ese límite, que está entorno a los 65.000 euros.

Al margen de los aspectos institucionales, la planificación deportiva y la configuración de la plantilla tampoco está clara. La comisión deportiva que dirige Ramón Planes ha estado trabajando durante todo el año y tiene un buen número de jugadores en cartera.

Pero el problema radica en que Planes tampoco tiene asegurada su continuidad en el club ilicitano, a pesar de que tiene un año más de contrato.

El técnico catalán, como informó este diario, está en la órbita del Celta para sustituir a Miguel Torrecilla. El conjunto gallego tiene como primera opción a Felipe Miñambres, en caso de que no continúe en el Rayo Vallecano, pero, si decide seguir en Vallecas, Planes es quien más gusta en Vigo. Además, se trata de un club que al director deportivo del Elche siempre le ha agradado por su forma de trabajar y que se acopla perfectamente a su perfil y apuesta por la cantera.

Planes está agusto en tierras ilicitanas, pero es consciente de que va a tener muchos condicionantes económicos para configurar una nueva plantilla y no siempre le va a salir igual de bien que este año, por lo que si se concreta la oferta del Celta negociaría la rescisión de su contrato y su salida del Elche.

Otro de los pilares básicos del área deportiva de la entidad franjiverde que tampoco tiene garantizado seguir es el entrenador, Rubén Baraja.

El preparador vallisoletano está muy agradecido al Elche por la oportunidad que le ha dado de estrenarse como técnico en el fútbol profesional, pero la temporada no ha sido nada fácil y ha tenido que remar contracorriente. Su buena campaña le ha permitido hacerse un nombre en la categoría de plata y varios equipos lo tiene en cartera para encabezar un proyecto. Entre ellos está el Valladolid, aunque en la capital pucelana también gusta Paco Herrera. Baraja termina contrato, porque sólo ampliaba un año más su relación contractual en caso de ascenso.

Y el tercer pilar básico que tiene difícil continuar es el goleador Sergio León. El cordobés está en la órbita de varios equipos de Primera División, incluso de fuera de España. El delantero lo sabe y no quiere dejar pasar la oportunidad. Tiene un año más de contrato y una cláusula de dos millones de euros. El propio Planes señaló que, si no se conseguía el ascenso, iba a ser complicado retenerlo.

Ante toda esta situación de incertidumbre se presenta, de nuevo, un verano movido en el club ilicitano.

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