Apaga y vámonos. El Elche cayó derrotado ayer en Mallorca y prácticamente dijo adiós a su sueño de jugar la promoción de ascenso. Toca cerrar la persiana. Este equipo ya no da para más, como se pudo ver ayer en el Iberostar Estadi. El conjunto ilicitano quiso, pero no pudo. Mientras que en los partidos ante Tenerife, Girona o Córdoba dio una imagen, más o menos, digna, ayer, en tierras baleares todo se vino abajo en el momento que Lago Junior adelantó a los suyos en el minuto 23.

Hizo lo que quiso con el balón y la defensa franjiverde volvió a carecer de contundencia. A partir de ahí, el equipo bermellón entregó el balón al Elche y los ilicitanos fueron incapaces de incordiar a Wellenreuther. No supieron lo que hacer con él y, aunque los locales jugaron con fuego, los franjiverde fueron muy blandos, tanto en ataque como en defensa.

El Elche intentó competir, pero se mostró inoperante. Pol Roigé, también en una jugada que se pudo evitar, hizo el segundo y cerró el duelo. Sólo en el tiempo añadido José Ángel marcó el gol del honor. A juicio de Baraja, la vaca no daba para más y la leche de esta Liga ha terminando agriándose.

En un partido mediocre, el conjunto de Baraja al menos tuvo la vergüenza torera de luchar hasta el final. Sólo cabe terminar la competición de la mejor forma posible y no manchar una buena campaña en los dos últimos encuentros que restan.

El Elche volvió a ser blando por momentos en defensa y, a la hora de atacar, perdió infinidad de balones y estuvo negado en el pase. Imprecisión, mezclado con dosis de aburrimiento, propiciaron unos primeros 45 minutos planos . Fue querer y no perder propio de aquellos equipos que llegan al final de competición con el depósito vacío y con ideas muy justas para aprobar un examen tan exigente como el de la promoción de ascenso.

Baraja puso un centro del campo capaz de tener el balón, con Cristaldo y Espinosa en la sala de máquinas, con Álex Moreno tratando de romper en velocidad por su banda. El argentino apenas apareció y el efecto dominó arrastró al resto. El talaverano puso voluntad, pero apenas disfrutó de balones en los que tuviera ventaja sobre los rivales, mientras que Álex Moreno no encontró espacios y Sergio León se quedó aislado en medio de la isla de desconsolación. En la segunda parte, más de lo mismo. Un Mallorca reservón y un Elche inoperante fueron el guión del partido. Baraja insiste en que la vaca no da para más leche. Por ello, apaga y vámonos.