Sin aprobar las cuentas para este año y, por tanto, sin ejecutar las mejoras previstas para el municipio durante 2015. Así concluirá el alcalde de Sant Joan d'Alacant, Manuel Aracil, su mandato en el Consistorio. Las gestiones derivadas de la operación de llegada de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) a la localidad han terminado, finalmente, por pasar factura a la gestión del primer edil, quien se verá obligado a mantener prorrogados los presupuestos del pasado ejercicio hasta después de las elecciones locales del próximo 24 de mayo, tal y como confirmó el concejal de Hacienda, Modesto Baeza.
Como se recordará, el Ayuntamiento de Sant Joan contrajo una deuda de 4,5 millones de euros al firmar un contrato de compra-venta con la Generalitat, que tenía como fin la adquisición de un inmueble para, después, cederlo al futuro campus católico. Un pago al que Sant Joan debería haber hecho frente el pasado mes de marzo. Sin embargo, la falta de fondos municipales llevó al primer edil a solicitar ante el Consell la rescisión del contrato y, por tanto, a supeditar la aprobación de los presupuestos municipales a que el Gobierno autonómico hiciera efectiva la anulación de la compra.
Un trámite tras el cual Aracil pretendía sacar hacia adelante las cuentas locales, cuyo borrador se trasladó a los grupos de la oposición a finales de 2014, con la firme intención de que fuera ratificado antes del término de su mandato. Pero, la demora de la Generalitat para concluir el procedimiento de anulación -se finalizó hace menos de dos semanas- ha llevado al equipo de gobierno a mantener prorrogados los presupuestos de 2014 hasta después de las elecciones y que, de esta forma, sean los miembros de la corporación resultante de los comicios locales los encargados de efectuar esta tarea, tal y como concretó el edil de Hacienda.
«Dada la premura de las elecciones hemos preferido que sea el nuevo equipo de gobierno quien apruebe las cuentas», apuntó Baeza. Hay que tener en cuenta que, una vez elevado a pleno, los presupuestos se somete a exposición pública durante un mes, lo que obligaría al nuevo alcalde a defender las cuentas elaboradas por el PP, sea o no del mismo signo político. Con todo, el edil de Hacienda recalcó que el borrador está elaborado. «El trabajo está hecho», zanjó.
La decisión del equipo de gobierno de posponer la aprobación de los presupuestos ha levantado ampollas entre los grupos de la oposición. Hay que tener en cuenta que la ausencia de cuentas impedirá que se ejecuten las inversiones previstas para este año, tales como las reformas de colegios, valoradas en 40.000 euros, la mejora de las aceras de Comptat de Fabraquer, por 169.000 euros, o la continuación de la reforma del polideportivo municipal, con un coste de 100.000, entre otras.
«Una vez más Aracil ha mentido a los ciudadanos. Lleva poniendo excusas desde hace meses en lo relativo a las cuentas y ha vendido, a bombo y platillo, un conjunto de inversiones que no se cumplirán», criticó el portavoz del PSOE, Baltasar Ortiz a la vez que acusó al primer edil de ser un «cobarde» por ser «incapaz de decir la verdad a los ciudadanos».
Desde Compromís tacharon la decisión del equipo de gobierno de «previsible». Así, el edil de la formación Xavier Sala lamentó que en un año decisivo como el actual no se hayan podido cerrar los presupuestos y todo quede en el aire. Por su parte, desde EU calificaron la acción como una «muestra más de la gestión desastrosa del PP, que ha beneficiado a la UCAM contra los intereses de los vecinos».
