Cuenta atrás para ver el último kilómetro de la costa de Orihuela libre de cemento, lleno de viviendas de lujo. Así es como se puede traducir el vallado perimetral que ha llevado a cabo en los últimos días la promotora Playa Salvaje SA- del Grupo Gomendio-, de los terrenos de su propiedad en Cala Mosca. Tras varios años sin realizar ningún movimiento en el proyecto que plantea construir allí 1.500 viviendas (lleva casi 20 años paralizado tras múltiples recursos, investigaciones judiciales y denuncias), el constructor muestra así su intención de seguir con sus planes.

El vallado responde a una exigencia de la Conselleria de Medio Ambiente al promotor para poder seguir adelante con su proyecto, tal y como indicaba el informe de impacto ambiental que elaboró el Consell hace un mes, como adelantó este diario. En el mismo, el Consell establecía como medida cautelar que, con carácter transitorio y hasta la aprobación y ejecución del proyecto de urbanización, se impidiera el paso de vehículos a las áreas de distribución de las dos especies protegidas que hay en la zona, la planta jarilla cabeza de gato (Helianthemum caput-felis) y el caracol «Tudorella sulcata». El promotor debía cerrar la totalidad de los viales del sector en los puntos del perímetro exterior de las áreas de distribución de ambas especies. Tenía un mes para hacerlo y lo ha cumplido, por lo que el proyecto sigue adelante.

No obstante, queda aún un largo camino para que las grúas se instalen en ese último kilómetro de costa virgen. El promotor debe aún cumplir una serie de condicionantes que le puso el Consell en ese informe de impacto ambiental antes de conseguir el definitivo permiso para levantar allí cientos de viviendas, aunque el mismo deja la puerta abierta para construir en esta privilegiada zona de Orihuela Costa, ya que la Conselleria de Medio Ambiente estimó aceptable, desde el punto de vista ambiental, la Modificación del Proyecto de Urbanización de la UE-2 del sector D1 «Alameda del Mar» (Cala Mosca).

Una vez protegidas la planta y el caracol del daño que les estaban causando los vehículos que pasaban por la zona para acceder a las playas cercanas -saltándose la prohibición de circular- el promotor deberá modificar el proyecto inicial de construcción ya que el Consell le niega levantar viviendas en algunas de las parcelas, donde hay una presencia más numerosa de las dos especies endémicas de la zona. Unas modificaciones que el constructor podrá realizar en un plazo máximo de 5 años, el tiempo que le da el Pativel para construir antes de proteger Cala Mosca, lo que impediría que se llene de ladrillo el último kilómetro virgen del litoral oriolano.