n El camino que le espera, a partir de ahora, a la promotora Gomendio es tan pedregoso como algunas parcelas de Cala Mosca. Tras cumplir con el requerimiento de vallar los terrenos para evitar daños de los vehículos en las especies protegidas, el siguiente paso que deberá dar es una nueva ordenación pormenorizada, lo que le obliga a cambiar el plan parcial para cumplir con las exigencias del Consell que fueron reflejadas hace un mes en el informe de impacto ambiental que elaboró y que le es favorable.

El constructor tendrá que proponer una alternativa distinta para cumplir con la edificabilidad que le corresponde, ya que una parte de ella se la quitan en las parcelas donde se encuentran poblaciones de la planta y el caracol, aunque podrá conservar el número de viviendas previstas, 1.500, cambiando la morfología -aumentando en altura-.

Además, deberá encargar un estudio y protección de especies amenazadas a un técnico, acreditar la disponibilidad de recursos hídricos para garantizar el suministro a la potencial población que viviría allí, respetar los ?? metros de anchura de la vía pecuaria «Cañada del Mar», eliminar el equipamiento de playa y un aparcamiento previsto y modificar alguno de los trazados de la vía peatonal-ciclista.

Estos cambios obligan al constructor a replantear el proyecto de construcción. El proceso empieza de nuevo porque debe presentar primero los informes que le indica la declaración de impacto ambiental, cambiar la ordenación pormenorizada y someterse al mismo procedimiento que hasta ahora: la exposición al público y un periodo de alegaciones.