La Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) ha colocado su particular cartel de «se alquila» para el Auditorio Internacional de Torrevieja. La web de la entidad pública impulsora de proyectos faraónicos bajo mandatos del PP -como la Ciudad de la Luz o Terra Mítica- ha decidido ofertar el arrendamiento de todos los espacios del espectacular complejo. El Auditorio Internacional, y su vecino Conservatorio, costaron 43 millones de euros. Fueron un empeño personal del entonces alcalde Pedro Hernández desde 2006 y fueron adjudicadas por la Generalitat a una UTE liderada por Acciona.
Desde su inauguración, en la precampaña electoral de 2011, no se ha llegado a celebrar ni un acto organizado por la propia administración autonómica que hizo el desembolso. Todos los eventos que ha albergado, una docena al año aproximadamente, son impulsados por el Ayuntamiento de Torrevieja, que disfruta del «privilegio» de contar con su propio convenio para la cesión del recinto frente a otros potenciales -e inexistentes, de momento- usuarios públicos y privados.
Las tarifas parten de un mínimo a desembolsar por el mantenimiento de una jornada de euros. De ahí el presupuesto se puede disparar hasta los cuatro mil euros diarios si el evento fuera tan ambicioso como para acaparar todas las dependencias disponibles del aforo: Desde la sala sinfónica, que sale por 1.000 euros día; pasando por el arrendamiento de los exteriores para rodajes y publicidad por 1.500 euros/día; la sala de cámara por 400 euros; a las más moderadas tarifas para el uso el vestíbulo para exposiciones, 200 euros. O la ocupación media de los camerinos por unos módicos 50 euros diarios. Todo si se consideran los precios de la jornada del evento y no los previos de montaje, ensayo y preparativos, también tasados. En ningún caso este arrendamiento incluye los servicios a prestar por empresas externas, que deberá contratar directamente el «interesado» como la limpieza, azafatas, restauración, iluminación, sonido, audiovisuales y seguridad y vigilancia adicional a la de SPTCV para cada evento.
La Generalitat presenta en la web como archivos descargables los formularios de solicitudes de alquiler de espacios y eventos, el estadillo de tarifas y el modelo del contrato, con el nombre del actual gerente de la SPTCV, Antonio Rodes, estampado. También se facilita el acceso a una galería fotográfica como si de un producto inmobiliario más se tratara. La información detalla cuestiones como las bonificaciones de hasta un 30% para las administraciones públicas, para entidades sin ánimo de lucro o advierte, entre otros requisitos en las normas de uso y gestión de los precios de fianza previa.
Medida fiscal
Más allá del dudoso éxito comercial de la iniciativa de alquiler para intentar darle alguna utilidad al proyecto, que ya estaba en marcha antes del actual mandato en el Consell, pero que no se había hecho pública, esta estrategia de «vender» por días el recinto responde también a motivos fiscales. El objetivo es demostrar que existe una explotación efectiva del espacio cultural, y que el inmueble no es tan solo un bien patrimonial de la administración autonómica. Existe un pleito abierto para evitar a la administración el pago del IVA de todo el recinto equivalente a cifras de seis ceros.
El último concierto celebrado en el edificio tuvo como protagonista a Raphael ayer sábado, dentro de la programación cultural de la ciudad. Además de estos conciertos, y siempre se la mano del municipio, se han celebrado sobre todo conciertos sinfónicos, pero también ferias juveniles de empleo y hasta unas jornadas de venta de viviendas a público ruso.
El objetivo del Consell y el Ayuntamiento, es rentabilizar un recinto, que además de haber supuesto un tremendo desembolso de dinero público sin una previsión mínima posterior de gestión, se levantó sobre 100.000 metros cuadrados de suelo municipal.
