El Ayuntamiento de Redován ha iniciado un expediente de resolución del contrato de recogida y eliminación de residuos con la mercantil Sirem (antes Colsur) tras detectar toda una serie de irregularidades. La más grave de ellas está avalada por la Secretaría municipal, que ha dictaminado que la concesionaria incumple el contrato al estar obligada a llevar los residuos a la planta de Proambiente (Orihuela-Abanilla), tal y como ofertó en su día, aunque la mercantil se niega y los traslada hasta Abornasa (Crevillent). Ese cambio es el que esgrime la empresa para exigir a la administración local que pase de pagar 17 euros por tonelada de desperdicios que recoge a 57 euros, algo a lo que el consistorio se niega. El alcalde, Emilio Fernández (PP), dijo ayer que ha intentado llegar a acuerdos con la gerencia de Sirem sin conseguirlo y ha decidido adoptar esta decisión «firme, irrevocable e inamovible» porque la mercantil «quiere someternos a chantaje».
Fue el 17 de diciembre del pasado año cuando Sirem registró un escrito en el Ayuntamiento aduciendo que el vertedero de Proambiente había cerrado y se había visto obligado a llevar los residuos a la planta de Crevillent, una de las autorizadas por el Consorcio de Residuos. La mercantil expuso entonces que los costes se habían disparado y se había roto el equilibrio económico de la concesión conforme a lo estipulado en el contrato, por lo que exigía cobrar más. Ahora, el consistorio de Redován ha desestimado esa solicitud alegando que Sirem decidió de forma unilateral y sin consultar con el Ayuntamiento llevar la basura hasta la planta de Crevillent. Y eso es algo que el consistorio avala con un informe de la Consejería de Agricultura y Agua de Murcia fechado el 3 de diciembre de 2014 que autoriza a Proambiente a realizar operaciones de tratamiento de residuos en sus instalaciones, por lo que Redován considera que la adjudicataria podría haber seguido derivando allí los desperdicios.
¿Por qué decidió entonces Sirem llevar las basuras a Crevillent? Pues porque la empresa mantenía una importante deuda económica con la planta de tratamiento de Proambiente, que advirtió al consistorio de Redován en febrero de 2013 de que la mercantil no podía seguir llevando la basura allí porque no pagaba por el servicio.
Facturas denegadas
Ese extremo fue el desencadenante de toda esta situación, pero el problema no acaba ahí. Ahora, Abornasa está girando al Ayuntamiento facturas para que abone el coste de eliminar los residuos en sus instalaciones, algo a lo que el consistorio se niega alegando que es Sirem la que, según el contrato, tiene que pagarlo. Prueba de ello es que el 17 de abril la junta de gobierno devolvió facturas por más de 23.000 euros a la planta crevillentina esgrimiendo que las tiene que pagar la adjudicataria del servicio.
Pero, siempre según el gobierno local, los incumplimientos contractuales de Sirem son varios más. Fernández enumeró otras cuestiones como que factura al Ayuntamiento por disponer de un conductor y dos peones para realizar el servicio cuando en realidad solo trabaja un peón; por mantener abierta una oficina que costaría 12.000 euros anuales y que está cerrada desde hace tres años o por la amortización de un camión que se utiliza también para recoger basura de otras localidades. Asimismo dijo que los contenedores soterrados no están operativos y que se debió aportar otro vehículo furgoneta que tampoco ha estado nunca en el municipio, por lo que exige a la empresa que devuelva el montante de todo lo que ha estado facturando por estos conceptos.
«Sirem quiere someternos a chantaje y nos pide una prórroga del servicio por cinco años más, dado que acaba en 2016...son empresarios bajo la sospecha de la corrupción y las corruptelas... no vamos a ceder a ningún chantaje» dijo ayer el regidor, que compareció arropado por su equipo de gobierno para anunciar que resolverá el contrato y para transmitir un mensaje tranquilizador a los vecinos: «estamos defendiendo los intereses del municipio, estad tranquilos porque la basura no se va a quedar en la calle».
