El cierre temporal de la planta de residuos de Abornasa (Crevillent) para la sustitución y reparación de maquinaria obligará a doce ayuntamientos de la Vega a buscar un vertedero alternativo desde mañana. La mercantil ha comunicado a la empresa que gestiona los residuos en once municipios de la comarca, Sirem, que desde el domingo y hasta nueva orden no podrá descargar allí sus camiones. Se trata de Cox, Callosa de Segura, Rafal, Formentera, Rojales, Granja, Redován, Jacarilla, Daya Nueva, Daya Vieja y Dolores. También la localidad de Orihuela, con gestión pública, está afectada por esta situación, aunque fuentes municipales indicaron al cierre de esta edición que negociaban un acuerdo para poder seguir derivando allí. En total, son más de 90 toneladas de basura diarias las que tendrán que empezar a eliminarse en alguno de los cuatro vertederos de la provincia autorizados por el Consorcio.

Varios alcaldes afectados recibieron ayer las notificaciones alertando de que tendrían que encontrar un nuevo vertedero al que llevar sus desperdicios en tan solo dos días. Los socialistas de Rafal y Rojales, Manuel Pineda y Antonio Pérez, respectivamente, fueron los primeros en reaccionar y remitieron escritos dirigidos a la presidenta de la Diputación y del Consorcio, Luisa Pastor, para plantear cómo actuar ante esta situación. La contestación fue taxativa: existen acuerdos con las plantas de residuos de Villena, Xixona, Alicante y Elche. Contacten con la que les interese, pregunte los precios y selle un acuerdo lo antes posible, dada la urgencia de la situación.

Fuentes del ente consorciado explicaron después que dichos convenios con las plantas autorizadas los tendrán que cerrar en unos casos los propios ayuntamientos y en otros la concesionaria que gestiona el servicio, dependiendo del tipo de contrato que exista en cada caso. El encarecimiento del servicio debido al aumento de los costes por el desplazamiento de camiones hasta las nuevas plantas también correrá en unos casos a cuenta de la administración local y en otros a cuenta de la adjudicataria, en función igualmente de los contratos suscritos, aunque Sirem no está dispuesta a asumir más costes.

Fuentes de Abornasa detallaron ayer que se tiene que sustituir el equipo de cribado, que es una maquinaria de grandes dimensiones cuyo funcionamiento es vital para la valorización; es decir, la separación de los materiales que se pueden reciclar. El plazo para que la planta pueda volver a funcionar con normalidad se estima en tres semanas.

Desde la mercantil apuntaron que sí mantendrán el servicio a los ayuntamientos con los que tienen firmados contratos de forma directa, como es el caso de Guardamar del Segura o Almoradí, y será Abornasa quien se encargue de derivar sus desechos hasta otros puntos autorizados. De igual modo, señalaron que una vez que la maquinaria se reponga, podrán seguir tratando parte de la basura de la Vega pero la idea es reducir el volumen de basuras que llega de esa comarca en al menos un 30%, puesto que las instalaciones no pueden asumir 90.000 toneladas anuales.

Mientras tanto, el Plan Zonal de la Vega sigue parado a la espera de un informe técnico que avale si se puede rescindir el contrato con la adjudicataria, la UTE Cespa-Ortiz, por un supuesto incumplimiento de contrato. Está previsto que este estudio jurídico esté listo antes de verano para poder decidir cuál es el próximo paso.