Un barrio en estado de «shock». Incredulidad, preocupación, indignación, rabia... los sentimientos en Virgen del Remedio se entrelazan a la hora de hablar de Javier R. M., cuya detención y encarcelamiento por supuestos abusos a menores monopoliza las conversaciones el fin de semana. «No queremos creer que sea verdad, pero si es así, que lo pague», coinciden en afirmar varias personas en el bar Piqueras, ubicado en la plaza de Orán y sede del Club Deportivo Jóvenes Promesas Alicante y la Asociación Cultural Tots Junts que preside el detenido. Aunque su cargo en ambas entidades tiene las horas contadas y va a ser relevado lo más rápido posible.

Padres, chavales que estuvieron años en el equipo o niños que ahora militan en él no dan crédito. No entienden nada. Nunca han sospechado nada. Y temen que este caso de abusos dañe al club y al trabajo que realizan con 150 menores que no tienen culpa de nada.

Horas después de su encarcelamiento, decretado en la noche del sábado por la juez tras reconocer dos niños de 12 años haber mantenido relaciones sexuales con el acusado, este humilde barrio de Alicante se muestra roto... una vez más. Ana Belén regenta este bar, lleno de las copas que han ido ganando los chavales en los cuatro años de vida del club, y se le saltan las lágrimas al hablar del tema. «No me lo quiero creer, pero si es verdad lo tiene que pagar. Mi hijo de 19 años está en la directiva y ha estado jugando en el equipo desde el principio. Y nunca hemos visto nada ni hemos sospechado nada». Y Ana Belén, que también contribuye con patrocinios y ayuda al club, se sorprende de que ya tuviera una condena por pornografía infantil y lo hubiera logrado ocultar hasta ahora: «No entendemos que si había una condena de hace años por cosas parecidas lo haya podido ocultar, haya trabajado de cuidador en el comedor del colegio y nadie supiera nada».

Sin partidos

En Virgen del Remedio temen que todo esto hunda el club. «El fin de semana no hemos podido jugar dos partidos porque los otros equipos se han negado a jugar por esto. Y ahora nos obligan a cambiar el nombre del equipo porque no nos deja el Ayuntamiento», aunque desde el Consistorio aseguraron ayer que esto no es así y que el caso del supuesto abusador no afecta en absoluto en la participación de sus equipos en las competiciones. Del mismo modo Javier, de 32 años, es quien está de titular en la cuenta bancaria del club, tiene las llaves, lo tiene todo y están muy preocupados para tratar de arreglar todo esto y sacar adelante los equipos.

Otro padre, Lolín, cuyo hijo también juega en el club, no sabe de lo que sería capaz si descubriera que le ha hecho algo a su pequeño. Hay también mucha indignación, y va creciendo conforme se van sabiendo más cosas. Otros progenitores y vecinos se muestran en la misma línea, aunque aseguran que los dos casos de supuestos abusos no son de niños de la zona.

Y todo este caso ha salido a la luz tras detectarse que había falsificado el certificado de antecedentes para ocultar una condena por pornografía infantil y pedir subvenciones para el club. Precisamente los padres destacan que «tampoco entendemos cómo hemos estado recibiendo subvenciones todos estos años, si es que ha estado falsificando desde el principio el certificado y no se han dado cuenta hasta ahora, o qué ha pasado».

Conocidos de Javier explican que se ha criado en el barrio, donde también residen sus padres, vivía solo y al parecer no tenía pareja. Era una persona «muy tranquila», que «le gustaba estar rodeado de niños» y que trabajaba mucho por el club, aunque ahora muchos no quieren ni pensar en qué podría haber hecho.