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ELECCIONES MUNICIPALES 26M

El dilema de los socialistas con los pactos municipales

La cúpula del partido marcará como norma prioritaria los acuerdos locales con Compromís y Podemos mientras los alcaldables del PSPV abren la vía en plena campaña para dar un giro a la derecha haciendo guiños a Ciudadanos

El dilema de los socialistas con los pactos municipales

Con todo de cara para aumentar su cuota de poder en las elecciones europeas del próximo domingo, los socialistas se enfrentan ahora al dilema de los pactos municipales. Es seguro que no habrá mayorías absolutas y que la fuerza más votada, a cuyo cabeza de lista se nombra como alcalde en el supuesto de que el resto de fuerzas no sumen la mitad más uno de los votos, tendrá un número corto de efectivos lo que, muy posiblemente, le obligará a buscar alianzas en los plenarios. La cúpula del PSPV marcará como norma prioritaria que las alianzas municipales se cierren con formaciones de izquierda y, preferentemente, con Compromís y Podemos, en tanto que son los aliados con los que los socialistas tendrán que cerrar la reedición del Consell del Botànic. Pero, sin embargo, en esta campaña municipal que está ya en su recta final a cinco días de la jornada de votación, alcaldables del PSPV miran hacia la derecha con guiños a los candidatos de Ciudadanos, necesitados de tocar poder de una vez tras estas elecciones.

El pasado martes, como anunció este periódico, se constituyó la comisión política entre el PSPV, Compromís y Podemos para negociar los pactos posteriores a esta doble cita electoral del mes de abril -generales y autonómicas- y del 26 de mayo: municipales y europeas. Los socios acordaron poner en marcha tres comisiones. Una vinculada a la elaboración del programa autonómico que se tendrá que desarrollar durante esta legislatura. Otra que deberá marcar la arquitectura organizativa de la Generalitat además de ordenar los cargos del Consell. Y una tercera para resolver los pactos municipales. Tras los comicios de 2015, de los pactos de progreso dependían más de la mitad de las alcaldías de la Comunidad. La comisión se ha vuelto a citar para empezar a negociar en serio el próximo miércoles 29 de mayo, ya con los resultados electorales en la mano. Los acuerdos que se tomen entre los negociadores de los pactos municipales tendrán que validarse en la mesa general. Así que, obviamente, las tres fuerzas harán valer sus puntos fuertes en una negociación que tendrá momentos, seguro, de alta tensión.

La dirección del PSPV, como apuntaron ayer fuentes conocedoras de los contactos y a la espera de los resultados electorales del próximo domingo, marcará como una norma prioritaria los acuerdos locales con las fuerzas de izquierda que comparten con los socialistas el Consell del Botànic. Esa es la hoja de ruta. Únicamente se autorizarán acuerdos al margen de ese cauce en casos muy concretos y de forma absolutamente excepcional, recalcaron estas mismas fuentes al periódico. La idea del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y de la líder de Compromís, Mónica Oltra, desde su primera reunión, es la de cerrar un pacto global que vaya más allá de las alianzas autonómicas en el que se acabe visualizando una mayoría de izquierdas. Especialmente importantes en esa negociación serán las «fichas» de las grandes ciudades -singularmente València, Alicante o Elche- además de lo que pueda ocurrir en la correlación de fuerzas que se pueda producir en las tres diputaciones, entre las que la corporación provincial alicantina es la más importante de las instituciones que se quedaron en manos del PP.

Al margen de la voluntad de garantizar pactos de izquierdas y de la negociación que se abrirá la próxima semana entre los socios del Botànic para terminar de cerrar los detalles de los acuerdos, en los últimos días, la posición expresada tanto por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y por el propio Pedro Sánchez en su última visita a Alicante como también en el mitin del domingo por José Luis Ábalos pasa por volver a colocar a Ciudadanos dentro de la esfera del bloque de derechas. En las filas socialistas están completamente convencidos de que, llegado el caso, en las grandes capitales de la Comunidad donde funcionan, en gran medida las dinámicas estatales, las tres marcas de la derecha formarán gobierno o, como mínimo, unirán fuerzas en el caso de que acaben sumando. A Ciudadanos, apuntan, le interesa mantenerse en el flanco conservador para continuar la presión contra el PP y tratar de darle el «sorpasso», que es su principal objetivo a día de hoy. Así que en la dirección socialista no ven muchas más salidas que los pactos de progreso. Incluso, en las últimas 48 horas, la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, junto a candidatos de peso como el alcalde de Alicante, Luis Barcala, han intentado agitar la campaña con referencias a los pactos de izquierda en 2015 y pidiendo el voto para evitar que se repiran esas alianzas. Es el último asidero del PP para intentar fijar los pactos de derechas tras el 26-M y evitar que Ciudadanos vire al centro.

A pesar de que los principales dirigentes socialistas han vuelto a situar a los de Albert Rivera en ese flanco de la derecha, alcaldables del PSPV en la provincia mantienen abierto el coqueteo con Ciudadanos. Se sienten más cómodos con los naranja que con Compromís y Podemos, sus socios en el Consell. Entre ellos, el candidato socialista en Alicante, Francesc Sanguino, mantiene una calculada ambigüedad sobre sus alianzas posteriores a las elecciones. Primeros ediles como Jaime Albero, de Sant Joan d'Alacant, también se hacen guiños con Cs mientras está a la greña permanente con la izquierda. Ayer mismo, Rubén Martínez, candidato en Benidorm, tampoco descartó, durante el debate en INFORMACIÓN, una alianza municipal con la formación de Albert Rivera. Todo un dilema para los socialistas en plena campaña electoral.

Y Franco continúa controlando el socialismo alicantino para el 26-M

El exsenador se reunió el lunes con la cúpula del PSPV para abordar detalles de la campaña de Paco Sanguino

Y mientras la campaña sigue adelante con la cuestión de los pactos posteriores a las elecciones como la cuestión clave que puede marcar esta recta final hacia la cita del 26-M, el exsenador Ángel Franco sigue siendo el hombre que controla los hilos del socialismo alicantino. Como siempre. También en estos comicios en el que el partido ha confiado la candidatura al independiente Francesc Sanguino, que ganó las primarias gracias a los votos de los partidarios del exsenador. Franco fue el pasado lunes en València. Visitó la sede socialista y mantuvo un encuentro con el secretario de Organización y número tres del PSPV, Jose Muñoz, para abordar asuntos relativos a la recta final de la campaña electoral.

Ángel Franco, que no ostenta ningún cargo orgánico ni institucional en el partido en estos momentos, perfiló con Muñoz el acto de cierre de campaña en el que los socialistas alicantinos querían contarr con Pedro Duque. Aunque en público nadie lo verbaliza, a Franco le preocupa la posición que pueda ejercer València sobre el pacto local y el rol de su gente en el reparto de cargos del Botànic.

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