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El Botànic II empieza por la cúpula

Puig, Oltra y Dalmau, llamados a liderar el primer Consell tripartito, celebran hoy el primer encuentro para trazar las grandes líneas del acuerdo

A diferencia de lo que ocurrió hace cuatro años, la espina dorsal del nuevo Pacto del Botànic no se resolverá en una mesa multicolor. Los partidos llamados a formar la coalición tripartita que gestionará el nuevo Consell, (PSPV, Podemos y Compromís) tendrán su voz en la negociación pero quedará supeditada a la decisión que se adopte en las alturas. En 2015, cuando se firmó el primer pacto, la relación entre los principales referentes de PSPV y Compromís, Ximo Puig y Mónica Oltra, era fría y distante. De hecho el entonces líder socialista tenía mayor complicidad y despachaba los grandes asuntos con el hoy presidente de Las Cortes, Enric Morera, aunque la cabeza visible de la coalición y candidata ya era Mónica Oltra. Por entonces Oltra y Puig apenas se conocían.

Pero la realidad hoy, tras cuatro años de Consell del Botànic, es muy distinta. Puig y Oltra no solo han ejercido juntos el poder, sino que han estrechado relaciones pese al desencuentro final que supuso la decisión del adelanto electoral. Ahora se conocen a la perfección y están llamados a desatascar las cuestiones esenciales del nuevo Consell. Por eso, el nuevo Botànic empezará a configurarse desde la cúpula. De hecho, hoy mismo está prevista la primera toma de contacto entre los tres líderes, un pistoletazo de salida, según varias fuentes, que señalan que la cita tiene ya un valor simbólico importante porque a ella acude ya el líder de Podemos, Rubén Martínez Dalmau, que está llamado a ocupar un puesto destacado en la reedición del Consell del Botànic, una vez que hace cuatro años los morados rehusaron incorporarse a la gestión y se quedaron como socios parlamentarios.

La reunión supone una primera toma de contacto y servirá para empezar a generar sintonías. Con ella se pretende también proyectar una imagen de normalidad en la negociación y evitar el exceso de tensión que se generó en 2015, aunque anoche no existía convocatoria oficial de la reunión. Esa normalidad es crucial en un contexto de elecciones a la vuelta de la esquina con los partidos del Botànic enzarzados en la lucha por el voto municipal y europeo. Oltra, que regresó ayer a València tras varios días fuera, y Puig coincidieron el pasado 1 de mayo por primera vez desde las elecciones. Pero la imagen de una reunión a tres bandas en el que también esté presente Dalmau supone un hecho inédito hasta ahora. Aunque del encuentro de hoy no se esperan ni concreciones ni grandes avances, ya que el grueso del pacto se cerrará después de las municipales y europeas del 26 de mayo, sí supone una imagen clara de que los tres están obligados a entenderse. Igual que ocurrió hace cuatro años habrá una comisión negociadora que cierre todos los detalles del acuerdo pero que se reunirá ya con lo esencial casi acordado.

Lo que está llamado a convertirse en esencial es por ejemplo el número de consellerias -es probable que el Consell se amplíe- y las competencias de cada una o también la configuración de la futura Mesa de Las Cortes. La reunión busca evitar la imagen de división y aquellas reuniones de 2015 en las que los negociadores se atascaban por ejemplo al decidir a qué conselleria se adscribía Igualdad o si Educación y Cultura merecían formar una conselleria conjunta. Una negociación a la que los socialistas acuden con ventaja porque el PSPV agrandó en las urnas del 28 de abril su diferencia con Compromís (de cuatro a diez diputados) y por el hecho de que esta vez ya no está en juego la presidencia de la Generalitat, que será para Ximo Puig, algo que la coalición ponía en duda en 2015.

Ello a pesar de que Compromís se resiste a asumir públicamente que la presidencia va a ser para Puig pese a la exigencia que ha realizado el síndic del PSPV, Manolo Mata, a la coalición para que diga públicamente antes de la constitución de las Cortes que la presidencia será para Puig. Ese tira y afloja por la presidencia, que en esta ocasión no parece que vaya a ser un impedimento sustancial en el acuerdo, sí condicionó las negociaciones hace cuatro años hasta el punto de que días antes de firmarse, el Botànic estuvo a punto de romperse. Aunque no hay prisa en poner sobre la mesa los nombres de los negociadores ya que la campaña electoral lo salpica todo y el pacto no va a cerrarse antes del 26 de mayo, sí se sabe que será una mesa negociadora con cambios respecto a 2015.

Compromís no ve nada irrenunciable, ni Educación ni Igualdad

Compromís está dispuesto a ponerlo todo sobre la mesa de negociación. A día de hoy no hay nada irrenunciable, ni las consellerias de Educación ni Políticas Inclusivas, dos de las áreas donde la coalición ha dejado su impronta. Las fuentes insisten en que primero se tiene que hablar del «qué» y el «cómo» y se dejará el «quién» para el final. Pero en el discurso de no poner ninguna línea roja no se pone tampoco a la presidencia del Consell. Pese al llamamiento del PSPV a un manifiesto público de Compromís en el sentido de que Puig será presidente, en la coalición se resisten. «Será presidente si llegamos a un acuerdo, si no, no lo será», aseguró una fuente negociadora de Compromís, que señaló que también en la configuración de la Mesa de las Cortes lo importante es la composición y no los nombres.

El PSPV quiere mayoría y Podemos no se integrará en el mestizaje

Manolo Mata defiende que PSPV y Compromís deben ser las fuerzas «hegemónicas y mayoritarias» del pacto

El vicesecretario general del PSPV volvió a insistir ayer en la idea de que tanto Compromís como Podemos deben reconocer a Ximo Puig como próximo presidente de la Generalitat y de un Consell donde aseguró que habría «mayoría de consellers socialistas». Así, Mata rompe con cualquier posibilidad de un reparto equitativo entre PSPV y Compromís como se produjo en 2015, con un peso de 50-50, algo que no parecía factible debido al holgado resultado electoral de los de Puig respecto a los de Mónica Oltra.

En una entrevista a Europa Press, Mata también se refirió al tercer socio a integrar el pacto. El papel de Podemos en el Botànic II está aún por ver y en el mestizaje en conselleries, Podemos no participará, dijo Mata. sino que tendrán una presencia «transversal». La confluencia de altos cargos en las distintas áreas se restringe para PSPV y Compromís, las dos fuerzas «hegemónicas y mayoritarias», tal como está configurado actualmente el Consell. Esa es la posición de los dirigentes socialistas desde hace varios días.

Ayer Podemos convocó a los medios de comunicación para dar su propio toque de atención a los socios. Insistieron en retomar el contacto con ambos partidos con el mismo pretexto que antes de elecciones. Se tiene que «revisar» el pacto del Botànic y ver cuánto de lo firmado se ha cumplido y qué se ha quedado en el camino. Una evaluación que se hace más necesaria ahora, tras las elecciones del 28 de abril, donde el tripartito de PSPV, Compromís y Podemos (en coalición con EUPV) solo han logrado adelantar en dos escaños al bloque de PP, Cs y Vox. Podemos, a diferencia de Mata, no quiso tratar cuestiones futuras y de presencia en el Consell. El análisis de la legislatura es una evaluación final que evite «tentaciones personalistas» y partidismos en el gobierno.

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