El Gobierno de Pedro Sánchez recompensará a la Comunidad Valenciana por la decisión del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de mantenerse en sintonía con el ejecutivo estatal en asuntos económicos claves como el Consejo de Política Fiscal y Financiera -en el que el Consell votó a favor del déficit pese al desencuentro que esta decisión le supuso a Puig con sus socios del Botànic- o la rebaja en el tono reivindicativo del mandatario valenciano con la financiación. Ayer se plasmaron en el Palacio de La Moncloa de Madrid los primeros compromisos del presidente del Gobierno en relación a asuntos centrales de la agenda valenciana. De presidente a presidente. Sánchez aseguró a Ximo Puig que la Comunidad recibirá el diez por ciento de las inversiones territorializadas del presupuesto para 2019; se comprometió a aumentar progresivamente hasta llegar al 50% la financiación para la dependencia y mostró su disposición a colaborar con uno de los proyectos anunciados por el jefe del Consell para la capital alicantina: el Centro de Investigación para el Envejecimiento. Solo hay un «pequeño» problema: todo está pendiente de aprobar unos presupuestos en el Congreso que ni siquiera Pedro Sánchez sabe si será capaz de sacar adelante.

Ximo Puig explicó tras las dos horas que duró el encuentro -el primero entre ambos mandatarios en Moncloa desde que Sánchez es presidente- cada uno de los compromisos que se llevó del jefe del Gobierno de España y mostró su satisfacción con cada uno de ellos. «El Gobierno de España es un aliado», dijo nada más empezar la rueda de prestar posterior a la reunión. No pudo concretar cómo se manifestará esa colaboración con el Centro de Envejecimiento alicantino que tanto espera la comunidad científica de la capital alicantina pero lo importante, dijo, era cerrar el compromiso. «Lo que realmente interesaba ahora es asegurar que el Gobierno estará colaborando con este proyecto, porque todavía lo estamos desarrollando», dijo el presidente Puig.

En cuanto a la inversión territorializada que el Gobierno presentará en las cuentas generales de 2019, Puig valoró que serán capaces de satisfacer obras clásicas que tanto tiempo se llevan reivindicando y que es un porcentaje que compensa la discriminación a la Comunidad. El problema pasa por encontrar apoyos políticos para esas cuentas. Respecto a uno de los ejes centrales de la reunión, la financiación y el maltrato sistemático a la Comunidad Valenciana, lo cierto es que Puig interpretó como un avance lo que todavía no está arreglado. Porque ayer, desde luego, nada pudo oírse de un nuevo modelo de financiación que acabe con el expolio de las comunidades más afectadas por la falta de recursos. Sin embargo, Ximo Puig dio a entender que el Gobierno ha escuchado a los valencianos porque hay una mejora en este punto crucial de la agenda política valenciana gracias «a unas medidas transitorias».

El relato valenciano parece haber calado en Madrid, pero hasta el momento solo con un cúmulo de intenciones y pequeños pasos. Puig admitió lo complicado del nuevo modelo de financiación, pero hasta que llegue ese objetivo, crucial para el Consell, «cualquier aumento a la financiación a corto plazo es un avance», sostuvo. «Necesitamos medidas con carácter inmediato», dijo, y destacó que vio a un Sánchez «con ánimo y determinación para la estabilidad española». De momento, se acordó ayer poner en marcha una comisión bilateral permanente que aborde el problema valenciano. Puig también se refirió como medida transitoria para paliar el déficit inversor al hecho de que el Gobierno de Sánchez aumentará progresivamente hasta llegar a un 50% la financiación para la dependencia que ahora mismo se encuentra en un 12%, un guiño para Compromís y más concretamente para la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra.

Otros anuncios «extra» al margen del guión sobre el problema valenciano -financiacion, inversión y deuda- fueron la declaración de servicio público del transporte del aeropuerto de Castellón a Madrid para hacerlo «operativo» o la ampliación del centro de la ONU de Quart de Poblet. También hablaron del Brexit por su implicación en una autonomía tan turística como la valenciana y del conflicto catalán, en el que Puig mostró su apoyo al Gobierno por «mantenerse en el diálogo y la ley». Pedro Sánchez recibió a las 12 del mediodía a Puig para abordar los principales problemas de la Comunidad. El jefe del Consell puso así sobre la mesa del presidente estatal las claves de la agenda valenciana, se trajo compromisos económicos que no se habían logrado con Mariano Rajoy e hizo tándem con el Gobierno del PSOE -y por tanto con el caballo ganador de las encuestas electorales, pese a lo mal que se han llevado a nivel orgánico- para arrastrar hacia el PSPV la onda expansiva que tanto podría beneficiarle en las elecciones de 2019. Pero nada se materializará sin presupuestos.