Una de las bombas de relojería que, como avanzó este periódico, iban a determinar la estabilidad del PP después de la elección de Pablo Casado como sucesor de Mariano Rajoy y del descalabro del «aparato» provincial y regional ya ha estallado. Pocas dudas había al respecto, pero por si acaso el recién elegido líder de los populares dejó claro ayer en una entrevista a Onda Cero que tiene previsto tutelar las listas electorales y que aunque, contará con los responsables territoriales, no tiene previsto hacer dejación de funciones en este delicado proceso que tiene su primera parada en las elecciones autonómicas y locales de 2019. El mensaje es general para el conjunto de España, pero quizás cobra más sentido en la Comunidad Valenciana donde la presidenta regional, Isabel Bonig, está dispuesta a echar un pulso respecto a la confección de la candidatura municipal al Ayuntamiento de València pero donde hay otros conflictos, como por ejemplo, la candidatura a la Alcaldía de Orihuela, cuyo alcalde es partidario de Casado pero está enfrentado al «aparato» y en concreto con Eva Ortiz, número dos de Bonig; el control de la lista de la ciudad de Alicante que el alcalde Luis Barcala aspira a controlar por completo; o el grupo de diputados provinciales de Alicante, entre otras «patatas calientes» por toda la provincia.

Casado, como se recordará, ya se había comprometido durante la campaña a tutelar todo ese proceso, que ya se ha iniciado y que se debe ir completando, para evitar que los «aparatos» provincial y regional, partidarios de la derrotada Soraya Sáenz de Santamaría, coparan las candidaturas y excluyeran a los cargos críticos. El respaldo del citado Barcala y del presidente de la Diputación, César Sánchez, a Casado, en parte, tiene que ver con esa defensa de sus listas. La última palabra de cualquiera de las listas, como recordaron ayer varios de los colaboradores de Casado en la Comunidad y como ya publicó este periódico, está en manos del comité electoral nacional, es decir, de la nueva dirección de Génova, que se reunirá por primera vez este jueves y en la que, de momento, la cuota valenciana corresponde en exclusiva al bando ganador del congreso.

Desde la cúpula regional y provincial, sin embargo, recordaron que la mayoría de competencias, salvo nombrar a los números uno de las capitales y ratificar el orden de esas listas, corresponde a los órganos territoriales y que no sería de recibo intervenir una candidatura para rectificar ninguna decisión. La batalla está servida. Pablo Casado aseguró ayer en Onda Cero que aunque no deseaba abrir una batalla orgánica en ningún territorio, si quiere «estudiar» algunas candidaturas, ya que su objetivo es «contar con los mejores y captar talentos». «Para que los españoles vuelvan a confiar en nosotros, además del programa son importantes los líderes», argumentó el líder del PP. Al tiempo que el nuevo dirigente popular dejaba claro el camino que va a tomar de inmediato con la elaboración de las listas de 2019, las caras visibles de la nueva mayoría de Casado en la provincia: los citados César Sánchez y Luis Barcala además del dirigente ilicitano Pablo Ruz salieron a reivindicar el resultado y a poner en valor la victoria del candidato al que apoyaron en el congreso.