José Císcar se acerca a la Diputación. Apenas 24 horas después de que el todavía presidente regional del PP, Alberto Fabra, abriera la puerta a buscarle una alternativa, Císcar respondió con toda su artillería. A primera hora de la mañana validó su candidatura al Palacio Provincial con la firma de 47 de los 55 ediles del PP en la comarca de l'Alacantí, todos menos los siete de San Vicente del Raspeig -el feudo de Luisa Pastor- y uno de Alicante. Ya no hay opción a una alternativa contra el también diputado en las Cortes y edil en el consistorio alicantino que, además, sumó el respaldo de la número dos de la cúpula regional del PP, Isabel Bonig, que volvió a rectificar en público a Fabra para aupar a Císcar; y se encontró con una torpeza de los socialistas: colocar en su lista de diputados al imputado Agustín Navarro. En esa tesitura, a Ciudadanos sólo le quedan dos vías: votar al PP o abstenerse, dos alternativas que -de acuerdo al nuevo reparto del hemiciclo provincial- siempre favorecen al candidato popular.
Junto a Císcar, en la terna de diputados del PP en l'Alacantí, aparecen, además, los dos únicos alcaldes populares de la comarca: el primer edil de Busot, Alejandro Morant; y el de Mutxamel, Sebastián Cañadas. Como suplente se ha quedado Carlos Castillo, como el aspirante al Palacio Provincial, concejal del Ayuntamiento de Alicante. Tienen el 85% de los avales. Así que Císcar, de alguna manera, tiene ya atada su comarca además de la Vega Baja, en una candidatura integrada por el exalcalde de Torrevieja Eduardo Dolón, el edil oriolano Francisco Sáez y el hasta ahora diputado Adrián Ballester, que cuentan con el respaldo de 96 de los 120 avales posibles, justo un 80% de todos los concejales del PP en ese partido judicial. También se registraron los avales y aceptos de la lista de candidatos del PP a la Diputación por el Baix Vinalopó, formada por Mercedes Alonso; el alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio; y el antiguo primer edil de Santa Pola, Miguel Zaragoza. Así que José Císcar empieza a perfilar una mayoría dentro de los 15 diputados con los que contará el PP en el hemiciclo provincial.
La posición de Ciudadanos se ha dulcificado con el giro que ha supuesto la elección de Fernando Sepulcre como diputado de la formación de Albert Rivera e, incluso, no está ni siquiera descartado una oferta para un gobierno conjunto. Los socialistas, como apuntaron fuentes de la formación, se han resignado a quedarse en la oposición y dan por hecho que habrá una entente por acción u omisión entre Ciudadanos y el PP, cuyas direcciones en España negocian un acuerdo conjunto para que los populares sigan al mando de cuatro diputaciones. Con la Generalitat y los principales municipios en manos de la izquierda, el PP no se puede permitir dejarse desplazar también en la corporación alicantina. Así las cosas, Císcar tiene ya casi el acta de diputado en el bolsillo, negocia con un posible socio, perfila una mayoría dentro de su grupo, sabe que los socialistas tienen muy difícil sentar en la misma mesa a Compromís y a Ciudadanos y, además, tiene otro as en la manga: la escala de mando del PP. Como recordó ayer Eva Ortiz -diputada y una de las principales colaboradoras de Císcar dentro del PP- durante una comparecencia en Valencia, la propuesta del candidato a la Diputación corresponde al comité provincial y la decisión final de Génova que, según fuentes de la cúpula provincial, descarta separar la estructura territorial de la organización del mando de las diputaciones.
Después del recado de Fabra, la coordinadora regional del PP, Isabel Bonig, una de las dirigentes populares de la Comunidad más reconocidas en Génova, le echó un capote a José Císcar y contradijo, una vez más, a Fabra, que el próximo martes podría tener aprobado su destino camino del Senado, una decisión que se tomará, con toda probabilidad, en el pleno de las Cortes del 22 de julio. Más fuera que dentro, los partidarios de Císcar le restan a Fabra toda la autoridad. «No vamos a dejar que la candidatura a la presidencia de la Diputación de Alicante la imponga un partido desde fuera», lanzó Isabel Bonig que, incluso, trató de disculpar al antiguo presidente de la Generalitat. «Fabra sólo dijo que lo importante era mantener la Diputación de Alicante por su importancia y porque el PP es mayoritario», zanjó antes de advertir que, en su opinión, Ciudadanos tendría «muy difícil» explicar un eventual apoyo a un gobierno de izquierdas.
De cualquier manera, evidenció que el PP va a intenta mantener su estrategia habitual en la designación de un aspirante a la Diputación. «Hasta ahora siempre se ha intentado que sea el presidente provincial», apuntó para bendecir a Císcar. «Buscaremos, desde luego, a la persona más idónea y no dejaremos que nos la imponga un partido desde fuera», zanjó. En esa misma comparecencia, la citada Eva Ortiz reiteró que la Diputación de Alicante es una «prioridad para el PP» y añadió que «primero tenemos que saber quienes son los diputados provinciales» para cerrar por completo la propuesta de candidato al Palacio Provincial.
