El PP empieza a pensar en la fórmula que le permita repartir sin demasiados conflictos internos las «migajas» que le han quedado después de la debacle electoral del 24-M. De tres senadores territoriales ahora los populares sólo tendrán dos plazas mientras que en la Mesa de las Cortes, un sillón siempre codiciado, apenas se podrá quedar un miembro del PP -ahora tenían la mayoría con tres representantes- y por cesión de la mayoría parlamentaria de las fuerzas de izquierda que, a diferencia de lo que hacían hasta ahora los populares, han optado por abrir el órgano de gobierno del parlamento a las cinco fuerzas que se sentarán en el hemiciclo.
A diferencia de lo que ocurría hasta ahora con los 5 senadores que elegían las Cortes y que habitualmente se repartían entre el PP y el PSPV, en este caso, entrarán cuatro fuerzas en ese cupo. Dos senadores le corresponderán a los populares. Uno sólo a los socialistas que hasta ahora contaban con dos. Compromís tendrá otro peón en Madrid y, por vez primera en su historia, contará con presencia en el Senado. Y también podrá situar Ciudadanos una voz en la Cámara Alta. Los populares le reservan una de sus sillones en el Senado al actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, como una salida política toda vez que, como poco, el aún jefe del Consell estará un año más al frente de la cúpula regional del PP y tendrá que pilotar los cambios. Alberto Fabra está decidido, inicialmente, a dar la réplica al candidato a presidente de la izquierda cuando se celebre la sesión de investidura.
El otro puesto en el Senado, en principio, podría ser para Antonio Clemente, exsecretario general del PP aunque todos miran al futuro de Rita Barberá, que perderá la Alcaldía dentro de una semana y a la que, apuntan estas mismas fuentes, habrá que dar una salida política después de más de dos décadas en el Ayuntamiento de Valencia. Ese reparto en el Senado dejará sin escaño en Madrid a dos ilustres alicantinos: Julio de España, expresidente provincial del PP y que ya había anunciado su intención de retirarse; y Juan Rodríguez Marín. Ahora ya no hay espacio para todos. Ni siquiera para unos pocos en las filas populares.
Para la Mesa de las Cortes, inicialmente, la apuesta del PP, teniendo en cuenta que su presencia en el órgano de gobierno del parlamento depende del resto de fuerzas, es mantener a Alejandro Font de Mora, que sucedió a Juan Cotino tras su marcha. Está por ver que ocurrirá con la dirección del grupo en las Cortes. La cúpula de Alicante quiere una presencia destacada a sabiendas de que en el parlamento se cocerán muchos de los cambios dentro del PP. Sí parece seguro que, en el Consejo de Ministros de mañana, el conseller Luis Santamaría sea el nuevo delegado del Gobierno.
