La dirección de Ciudadanos, con sede en Barcelona, dinamitó ayer la buena relación y sintonía que mantenían el partido de Albert Rivera con el PSPV. El secretario de Organización de la formación naranja, Fran Hervías, anunció en las redes sociales que su partido «suspende» las conversaciones con los socialistas de la Comunidad Valenciana después de que éstos le hayan dado la Alcaldía de Valencia a los «nacionalistas» de Compromís.
La decisión de la dirección de Ciudadanos pone en serios apuros a Ximo Puig, quien tenía una alternativa para ser presidente de la Generalitat con el apoyo del partido de Albert Rivera si fracasaban las negociaciones con Compromís y Podemos. La decisión tomada ayer por el partido naranja fue impulsada desde la dirección nacional de manera unilateral y sin contar con la líder autonómica Carolina Punset, que justo ayer se había reunido por segunda vez con Ximo Puig. La sintonía entre ambos es más que buena.
De esta manera, la estrategia de los socialistas queda tocada de muerte puesto que será muy difícil que el acuerdo en Valencia ciudad se rompa. Así que, la única alternativa que de momento le queda a Puig para ser presidente es el acuerdo con Mònica Oltra y Antonio Montiel.
Ciudadanos no ha escondido su rechazo a cualquier pacto con Compromís por su alma «pancatalanista», pero hasta la fecha no había planteado que esa línea roja también afectara a un posible socio. De hecho, medio centenar de municipios valencianos dependen de pactos entre el PSPV y Compromís, por lo que con esta postura sería inviable un apoyo de Punset a Puig para que sea investido presidente de la Generalitat.
Esta respuesta desde la dirección de Barcelona también contrasta con la buena relación entre Oltra y Punset. La candidata de Compromís aseguró que pueden llegar a acuerdos en las Corts.
La postura de Ciudadanos anunciada ayer da también al traste con el acercamiento que se estaba produciendo para la Diputación de Alicante. El coordinador provincial de Ciudadanos (C's) en Alicante, Emigdio Tormo, lanzó ayer un aviso claro y contundente al PP: su partido ha comenzado a entablar conversaciones con las fuerzas de izquierda para formar gobierno en la Diputación. Esa hipotética entente, descartada por completo por los populares hasta hace unas semanas, les hubiera desbancado del poder 20 años después y aupado a la Presidencia a un diputado del PSPV, la segunda fuerza con mayor representación en la próxima corporación provincial.
El reparto de escaños deja tres opciones. La primera pasa por que el PP gobernara en minoría el Palacio Provincial durante los próximos cuatro años gracias a sus 15 diputados. La segunda alternativa -la preferida por el líder provincial de los populares, José Císcar- es un acuerdo con C's para dotar de estabilidad al gobierno de la institución. Y la tercera opción, ahora paralizada, era un frente de izquierda... más C's. Entre todos sumarían los 16 dirigentes necesarios para gobernar con mayoría: los 11 socialistas, los tres de Compromís y los dos que aportan Acord Ciutadà (la marca de EU) y el propio C's.
Tormo había confirmado ayer, antes del veto de Barcelona, esas conversaciones con el PSPV y Compromís. «Hemos hablado con todo el mundo (a excepción del PP) y queremos dotar de estabilidad a la Diputación. Y en ese sentido van encaminadas todas las conversaciones que hemos mantenido», señaló en declaraciones a Europa Press. Uno de esos encuentros se produjo ayer mismo. El dirigente se reunió con el secretario provincial del PSPV, David Cerdán, e inauguraron las negociaciones de manera oficial, según ha tenido constancia este diario.
El máximo responsable de C's en la provincia cargó además contra Císcar en sus aspiraciones de presidir la institución y reiteró que le mantiene el veto.
