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El futuro de la institución provincial

Císcar aparta a Pastor e intenta que el PP siga en la Diputación

El dirigente ya se ha garantizado suficientes avales para dejar fuera de la batalla a la actual presidenta

Císcar aparta a Pastor e intenta que el PP siga en la Diputación antonio garcía

La batalla interna del PP por el control de la Diputación batalla interna del PP por el control de la Diputación ya se ha iniciado. El hasta ahora vicepresidente de la Generalitat y número uno popular a las Cortes, José Císcar, ya se ha asegurado un número de avales suficientes en la comarca de l'Alacantí como para arruinar las aspiraciones de Luisa Pastor -hasta ahora inquilina del Palacio Provincial- y preparar el camino para tratar de hacerse con el mando de la Diputación. El acuerdo, ya concretado, entre los «jefes» del PP en los municipios de la comarca -teniendo en cuenta que los populares ahora tendrán sólo tres representantes frente a los cinco que cosecharon en 2011- incluye la presencia de José Císcar con el objetivo de la presidencia de la Diputación además de un representante de Mutxamel -el alcalde Sebastián Cañadas o uno de sus concejales- y Alejandro Morant, primer edil de Busot y el único que repetiría de la terna de hace cuatro años en l'Alacantí. Quedaría fuera, igual que Luisa Pastor, el actual alcalde de Alicante, Miguel Valor, que estaba también pendiente de la salida para retornar al Palacio Provincial.

José Císcar contaría con cerca del 90% de los avales ya confirmados. Eso dejaría sin espacio a Luisa Pastor. Ni siquiera le daría para registrar una lista para plantar cara. En la última Junta Directiva Provincial del PP, la todavía alcaldesa de San Vicente -puede perder también ese sillón de fructificar las conversaciones entre los grupos de izquierdas- presentó su candidatura alternativa pero, de inmediato, alcaldes afines a Císcar -los regidores de La Nucía y Torrevieja, Bernabé Cano y Eduardo Dolón, además del primer edil de Benifato, David Blanes- le afearon y cuestionaron su labor. Le critican el sistema de reparto de fondos pero también el bajo perfil político que ha mostrado la Diputación durante el mandato que está a punto de acabar.

Una vez que se salve la elección de parlamentarios provinciales, Císcar tiene que sortear, a la vez, el veto que le han puesto el sector de exmilitantes del PP encabezados por Emigdio Tormo que tienen el mando en la provincia de Ciudadanos, cuyo único escaño en el hemiciclo de la Avenida de la Estación es decisivo para desempatar entre los 15 diputados del PP y otros tantos -11 socialistas, 3 de Compromís y 1 de Guanyar- que conforman la bancada de la izquierda. La cúpula provincial del PP está convencida de que, finalmente, ese obstáculo se podrá evitar. Están dispuestos, incluso, a negociar directamente con Albert Rivera para esquivar la negativa que, en gran medida, responde a un ajuste de cuentas de las viejas luchas internas de los populares. Cargos de Ciudadanos en la provincia están dispuestos a llegar con ese rechazo a Císcar hasta el final. Y pondrán sobre la mesa, incluso, que toda la izquierda vote como presidente al diputado de Ciudadanos, algo que parece muy improbable. Para el resto de comarcas, aunque todavía los movimientos están más encaminados al control de alcaldías, el PP perfila un equipo en el que podrían estar, entre otros, Javier Sendra por l'Alcoià o Bernabé Cano en la Marina Baixa.

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