La dirección nacional del PP disipará en breve si Alberto Fabra opta a revalidar su cargo como jefe del Consell y a continuación se irán nombrando los candidatos de los distintos municipios alicantinos. Pero ahí no acabarán las tensiones internas. También habrá «pelea» por la Diputación. La actual presidenta, Luisa Pastor, ya ha dejado entrever en varias ocasiones que le gustaría dirigir la institución provincial durante un mandato más. La también alcaldesa de San Vicente ha iniciado los movimientos para intentar repetir y ha trasladado a concejales y alcaldes que vendan gestión. Su aval es, sobre todo, económico. Ha saneado las arcas de la Diputación antes de lo previsto, no ha recurrido a un solo préstamo bancario desde que asumió el cargo y ha sido capaz de sortear grandes escándalos.
Pero el presidente provincial del PP en Alicante, José Císcar, quiere imprimir en la Diputación un perfil más político. El vicepresidente de la Generalitat se postuló hace un par de semanas para presidir la institución durante una entrevista en InformaciónTV. «Sería un reto importante y no diría que no», aseguró, minutos después de autodescartarse para la Alcaldía de Alicante.
Císcar, además, es consciente de que la Diputación puede convertirse en una de las pocas plazas importantes que retenga el PP tras las elecciones de mayo. Con la Generalitat prácticamente perdida -según admiten desde el partido- y la Alcaldía de Valencia también en serios apuros, los esfuerzos se centrarán en conservar la Alcaldía de Alicante y la Diputación. Y esta última podría ser el refugio de Císcar. Sea como fuere, ambos han manifestado que harán lo que más convenga al partido. El tiempo dirá.
