El escándalo de Rabasa con la imputación de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedoimputación Sonia Castedo; el protagonismo del omnipresente Enrique Ortiz; y los vínculos entre el empresario y constructor, también imputado junto a Castedo, y altos dirigentes del PSPV para desbloquear el proyecto monopolizó el enfrentamiento entre el jefe del Consell y los síndics parlamentarios de la oposición a raíz de los casos de corrupción que azotan al PP durante la primera jornada del debate de Política General que se celebra en las Cortes. Fue, sin duda, uno de los «asuntos estrella» de la jornada con Castedo -ya ausente del hemiciclo tras su dimisión para que el procedimiento volviera a Alicantetras su dimisión para que el procedimiento volviera a Alicante- como principal objetivo de los cañonazos de la oposición. No hubo esta vez «fuego amigo». Absoluto silencio de Fabra sobre el futuro de la primera edil, también encausada en otra pieza que analiza el supuesto amaño del planeamiento urbanístico alicantinoamañoplaneamiento urbanístico alicantino. Apenas un día después de que María Dolores de Cospedal le diera un balón de oxígeno a Castedo con unas declaraciones en las que evitaba pronunciarse sobre su exclusión de las listas, la oposición disparó con toda su artilleria pero Alberto Fabra evitó agitar su propia crisis interna.
En sus primeras intervenciones, el socialista Antonio Torres; el síndic de Compromís, Enric Morera; y la portavoz parlamentaria de EU, Marga Sanz, coincidieron en reclamar la expulsión de Castedo del PP y su marcha de la alcaldía de Alicante. Fabra decidió agrupar las réplicas para contestar a todos los síndics a la vez con la idea de que se visualizara la imagen de un «tripartito» que actúa con una estrategia común. Les llegó a invitar a que se presentaran juntos a las elecciones de 2015. El jefe del Consell, sin embargo, no entró al trapo de los ataques a Castedo y respondió con la conexión entre Enrique Ortiz y los socialistas que destapa el informe de la Unidad de Delitos Fiscales de la Policía (UDEF) sobre el macroplán de Rabasa, un proyecto que incluía cerca de 15.000 viviendas con un «pelotazo» de casi 100 millones en la instalación de una tienda de Ikea. El líder regional del PP sacó a relucir dos conversaciones incluidas en el sumario de Rabasa entre Ortiz y cargos socialistas -Ángel Franco, ya fuera del PSOE y el antiguo responsable de las finanzas socialistas, José María Cataluña- en las que aparece mencionado el candidato socialista a la Generalitat, Ximo Puig. «Debe aclarar su papel en este asunto. Si se ha visto con Pepe Cataluña, con Enrique Ortiz o si ha hecho alguna gestión», emplazó Fabra al PSPV con el recorte en mano del artículo de INFORMACIÓN que reproduce esas dos escuchas.
El presidente de la Generalitat, sin aludir a los problemas del PP y defendiendo a capa y espada su gestión de la «línea roja», reprochó a la oposición su «capacidad selectiva para leer» conversaciones grabadas sobre supuestos casos de corrupción. Hubo fuertes abucheos y protestas contra Fabra, al que reclamaron que leyera las conversaciones en las que aparece el presidente de las Cortes, Juan Cotino, y también las de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, principal protagonista del caso Rabasa. La bronca se agrandó hasta el punto de que Cotino llamó al orden a Josep Moreno, del PSPV, y también a Mireia Mollá, parlamentaria de Compromís por Alicante.
Réplicas
En su respuesta, el socialista Antonio Torres fue muy duro con Fabra. «No esperaba que fuera tan rastrero y que con simples recortes de prensa viniera aquí a lanzar infundios e infamias», dijo. Respondió al jefe del Consell con fotos en las que aparece junto a Carlos Fabra, Rafael Blasco, Sonia Castedo y con Francisco Camps, algunos imputados y otros condenados. «Si quiere que hablemos de corrupción hablemos, no de lo que dicen los periódicos, sino de evidencias», subrayó antes de recordar una retahila de investigaciones por corrupción del PP.
El síndic de Compromís, Enric Morera, fue muy duro, especialmente, en su última réplica. Cuestionó que Fabra no le pida de inmediato la dimisión a Castedo y reprochó que no lo hace por miedo a que la alcaldesa de Alicante «tire de la manta» porque «tiene información que puede hundir al PP». «Si usted no sale de aquí con una declaración clara sobre la corrupción en Alicante y sobre Sonia Castedo, no merece nuestra confianza. Les tiene pillados y tiene miedo de que hable. Sonia Castedo sabe todas las chorizadas que se han hecho en Alicante y encima quiere aprobar el plan de Rabasa para instalar Ikea, que favorece a Enrique Ortiz», insistió.
Por su parte, la síndica de EU en las Cortes, Marga Sanz, se lamentó de que Fabra mantuviera su silencio sobre Castedo y consideró que está «mal asesorado» por afirmar que ha hecho más que nadie contra la corrupción. En este sentido, le recordó que la Generalitat no se ha personado en el caso que investiga las supuestas irregularidades en la ordenación urbanística de Alicante, ni tampoco en la compra de la empresa de la Fórmula 1, al que EU liga directamente a Fabra. La coalición, precisamente, ha promovido para hoy, segunda jornada del debate, dos iniciativas para votar si se para el plan Rabasa y la reprobación de Castedo.
