Estimada concejala de Fiestas de Dénia, Eva Ronda, de Compromís para más señas.

Rechaza usted por motivos que ni tan siquiera ha tenido a bien explicar públicamente que una mujer encarne a una de Sus Majestades de Oriente en la cabalgata de Reyes de Magos de su localidad .

Una mujer, concretamente la capitana de la filà mora Amazigh, María José López, a la que le ha tocado tal cometido por sorteo. Un sorteo auspiciado por los festeros de la localidad y cuyo resultado debiera acatar aunque solo fuera por higiene democrática.

Pero no, lejos de eso se han atrevido incluso a presionar a la afortunada a ceder el honor a un hombre.

Considera usted, según parece, ya que ante su silencio han sido otros los que han dado la cara, que una mujer no puede meterse en la piel de un Rey Mago atendiendo a una supuesta norma no escrita que estipula que hay que tener pene para dar vida a unos personaje históricos o legendarios (cada cual con sus creencias) de los que, en realidad, no se tiene constancia de si eran hombres o mujeres.

El que escribe estas líneas se ha llevado dos sorpresas mayúsculas al conocer esta lamentable historia: una, al saber que el veto machista procedía de un gobierno supuestamente progresista, como el que forman el PSPV y Compromís; y segundo y aún si cabe más importante, por encabezar tal decisión una mujer.

Párese a pensar por un momento que, de haber existido en el pasado únicamente gente como usted, ahora no ocuparía el cargo público que tiene. Estaría atada a la pata de la mesa de la cocina y cuidando en casa de la prole.

¿Demagogia? Puede que sí, la misma que aplican quienes tratan de justificar una prohibición de corte machista con el argumento de que los niños se pueden desconcertar si descubren que hay una mujer tras la barba de un Rey Mago. Una buena caracterización todo lo arregla. Sin ir más lejos, a Papá Noel en esa misma localidad lo interpretó una mujer durante años.

Anclarse en que la tradición es la tradición para negar derechos en pleno siglo XXI a las personas es propio de retrógrados. Como ocurre en el Misteri d'Elx, donde el papel de la Virgen lo hace siempre un niño y no pueden participar mujeres. Anacrónico y machista igualmente, a mi juicio y el de bastante gente.

Mañana decidirá el consistorio de Dénia si rectifica o se mantiene en sus trece de no dejar ni siquiera que la mujer vaya en la carroza como paje. Les falta decir argumentar que en ese caso habría que llamarla paja y esa palabra ante los niños mejor no decirla. Qué gilipollez, ¿verdad? Pues lo mismo que no dejar que se disfrace. Lo mismito.