Para el Ayuntamiento de Dénia, gobernado por PSPV y Compromís, que un hombre encarne el papel de Rey Mago va a misa. De momento. Mañana puede cambiar la historia. El alcalde, el socialista Vicent Grimalt, se reúne con la filà mora Amazigh, a cuya capitana, María José López, le tocó por sorteo dar vida a uno de los tres Magos de Oriente, y con el presidente de la Federación de Moros y Cristianos de Dénia, Miguel Ángel Fullana. Desde el consistorio, insisten en que es una norma no escrita que sean hombres quienes se disfracen de Reyes Magos. Recuerdan, de hecho, que hace unos años el sorteo fue, igualmente, caprichoso. Le tocó a la presidenta de la falla de Darrere del Castell, Tere Vallalta, quien renunció a favor de un hombre. Sin embargo, hay otro precedente a la inversa. Durante años una mujer ha hecho de Papá Noel en la residencia de ancianos.

La filà Amazigh, que es de mujeres (se definen como «guerreras»), ha reivindicado la igualdad entre hombres y mujeres. La concejalía de Fiestas les niega el rol de Rey Mago. Esta filà quiere estar en la carroza de una de sus Majestades al menos como pajes. No les ha gustado que el ayuntamiento les presionara para que le cedieran el honor a un hombre, en concreto al capitán cristiano, pese a que perdió el sorteo. Amazigh, creada en 2005, siempre ha luchado por resaltar el papel de la mujer en la fiesta.

Desde el consistorio, se indicaba ayer que el error fue que la Federación de Moros y Cristianos realizara el sorteo entre la capitanía cristiana y la mora. Ahora el Ayuntamiento de Dénia está en el disparadero. La misma semana que el consistorio anunciaba un premio para promover la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en las fallas, cerraba la puerta a que una mujer pudiera meterse en la piel de uno de los Magos de Oriente.

La tradición está cambiando. Los tres Reyes salían por sorteo de las Fallas, los Moros y Cristianos y las entidades locales. Baltasar ya no concursa. Se quiere evitar pintarrajear al rey negro. Por eso, ahora se busca a una persona de raza negra. La fiesta no está reñida con la dignidad. Y ésa es la lucha.