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Peligrosa entrada al Castillo

Los cruceristas encuentran demasiado tráfico y aceras muy estrechas en el acceso al túnel del ascensor

El acceso al Castillo de Santa Bárbara, que recibe medio millón de personas al año, no es sin embargo fácil ni cómodo pese a ser el monumento más visitado de Alicante. Es la percepción que se llevan los turistas que acuden a la fortaleza, que encuentran demasiado tráfico y aceras muy estrechas en la entrada al túnel del ascensor situada frente al Postiguet.

Además, se ven obligados a hacer cola a pleno sol al funcionar solo uno de los elevadores, lo que permite que solo nueve personas puedan subir a la vez. La espera media, ayer, coincidiendo con la escala de un crucero que traía mil pasajeros al Puerto de Alicante, empezó con 20 minutos y terminó a media mañana con una hora.

También hay turistas que se atreven a subir caminando por la serpenteante carretera al otro lado del Benacantil sin apenas espacio peatonal y a merced de los autobuses que tienen verdaderos problemas para trazar las curvas.

La señalética es otra asignatura pendiente. Visitantes extranjeros como las hermanas francesas Barnes, que tomaron el tranvía en El Campello para visitar Alicante y el Castillo, afirmaron que «no está bien preparado para el turismo». La espera al sol y el ruido del tráfico en la avenida Juan Bautista Lafora fue lo más molesto para ellas.

A varios cruceristas británicos del Marina Oceania Cruises, el buque que hizo escala en el Puerto, les sorprendió el peligroso tráfico en la zona del túnel de acceso frente a la playa del Postiguet, con un minuto para los coches y solo 30 segundos para que los peatones pudieran cruzar. Alicante Cruise Terminal, empresa que gestiona la estación de cruceros, ha recibido numerosas quejas de pasajeros sobre la suciedad, el abandono y la falta de atractivos de una ciudad en la que cada crucerista se deja una media de 50 euros en comercio y hostelería. Con un pasaje como el de ayer, 50.000 euros. La empresa de cruceros han expuesto el problema del estrecho acceso al Ayuntamiento.

En el mismo buque que hizo ayer escala viaja la argentina Belén Gismondi, a quien la entrada al Castillo frente a la playa del Postiguet le parece cuanto menos arriesgada. «Es una calle muy angosta, me llamó la atención para un monumento así», dijo. Participantes en la Fashion Week que aprovecharon su tiempo libre para subir a la fortaleza como la madrileña Beatriz Gutiérrez coincidían en que había demasiada cola.

Estas esperas se generan cuando se acumulan demasiados visitantes en el túnel de los ascensores, sobre todo los días en que llega un crucero y los fines de semana. Fuentes municipales confirmaron que solo hay un ascensor en funcionamiento de los dos instalados y que la cola se forma fuera porque el público no puede esperar dentro del túnel por razones de seguridad. Desde la Concejalía de Infraestructuras afirmaron que se ha dado la orden de reparar el elevador averiado en los próximos días.

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