El Corredor Mediterráneo sigue deparando sorpresa tras sorpresa. La última, que los técnicos que asesoran a la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), han detectado que en el tramo Castellón-Tarragona, aunque se está construyendo en ancho internacional, los trenes no podrán superar los 250 kilómetros a la hora debido a los radios de las curvas: las obras se limitan a adaptar el actual trazado sin construir en principio una nueva plataforma. Oficialmente se considera alta velocidad cuando la plataforma es apta para que los trenes circulen a más de 250 km/hora, extemo que, según la Asociación Valenciana de Empresarios, será imposible en ese tramo.
Tal circunstancia obliga a que el recorte anunciado de 30 minutos en el viaje entre Alicante y Barcelona dependa de la velocidad que se logre a partir de Tarragona, cuando los AVE/Euromed circularán ya por la plataforma del AVE que conecta Madrid con Barcelona. Otros temas que singuen sin resolver son el enlace del Puerto de Alicante con el corredor, y qué solución futura se dará al enlace del aeropuerto Alicante-Elche con el ferrocarril.
València y Alicante cuentan desde hace ya unos años con una línea de Alta Velocidad para pasajeros que les conecta con Madrid en 90 minutos y 130 minutos, respectivamente. A Murcia y Elche todavía no ha llegado el AVE (Fomento asegura que estará como muy tarde en el verano de 2018) y de Almería poco se sabe.
Por otro lado, de la conexión ferroviaria de Cercanías entre Alicante y Murcia (tres millones de pasajeros al año) todo son promesas incumplidas. La línea no está electrificada, no hay conexión con el aeropuerto de Alicante-Elche (quinta terminal de España que da servicio también a Murcia tras el fiasco del aeropuerto de Corbera) y ahora mismo hay dudas de que la línea acabe modernizándose solapada por la ejecución de la línea de Alta Velocidad, pese a que falta por concretar cómo distribuirá el Ministerio de Fomento los 800 millones de euros para Cercanías anunciados por el ministro De la Serna al presidente Ximo Puig. Una lluvia de millones supeditada, no obstante, a que al final haya presupuestos del Estado para 2018.
De València hacia Cataluña la situación está un poco más avanzada aunque en el tramo València-Castellón las pruebas duran ya seis meses, lo que ha vuelto a despertar los recelos de la Asociación Valenciana de Empresarios. La línea Alicante-Murcia tiene actualmente una longitud de 78 kilómetros en vía única en ancho ibérico y vía doble en la variante de El Reguerón para largo recorrido, Regionales, Cercanías y Mercancías con una velocidad máxima de 140 km/hora. A partir de ahí, a Almería ni tiene alta velocidad ni fechas para conseguirlo.
El Ministerio de Fomento no prevé que el Corredor Mediterráneo esté complemente operativo hasta 2025, en un eje que, sin embargo, sumando a Cataluña y Andalucía al completo, aporta el 50% de la población española, el 45% del PIB, el 47% del tejido productivo, el 46% del empleo, el 51% de la exportaciones y que unido ocupa el 7 puesto de Europa en generación de PIB.
Trenes Alicante-Cartagena
Uno de los avances en el corredor se produjo el pasado viernes, cuando el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias licitó por 466.000 euros la redacción del proyecto para la construcción de la variante ferroviaria del Reguerón para facilitar la conexión del futuro AVE Alicante-Murcia con la línea convencional Albacete-Cartagena. El «by pass» tendrá una longitud de cuatro kilómetros y una vez que esté operativo permitirá itinerarios directos entre Alicante y Cartagena sin necesidad de pasar por Murcia.
Con más de 17.000 millones de euros facturados gracias a sus exportaciones y un crecimiento de las ventas al exterior del 15%, la agricultura de Alicante, Murcia y Almería es, junto al turismo, una de las actividades que mejor aguanta la crisis generando, además, empleo. Según el ránking del Instituto de Comercio Exterior, la agricultura es el segundo sector exportador tras el calzado con un crecimiento sostenido desde 2009, justo cuando la provincia comenzó a sentir con mayor crueldad el derrumbe de la construcción.
En total, la Comunidad mueve al año unos 3.300 millones de euros siendo las naranjas, limones, pimiento, tomate, lechuga, sandías y uva de mesa, los productos más demandados en Europa, según Fepex, la Federación Española de Empresas Exportadoras de Frutas y Verduras. Un 33% de la facturación corresponde a Alicante donde 116.029 familias trabajan en el sector hortofrutícola, que saca sus mercancías por carretera.
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