Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ortiz busca un escape tras fracasar con seis socios

El máximo accionista del Hércules amaga con el adiós tras 20 años de gestión en los que no supo aprovechar a ninguno de sus aliados - Desde 1999 se rodeó de Botella, Roig, Huerga, Palacio, Pina y Ramírez pero nunca profesionalizó el club

Ortiz busca un escape tras fracasar con seis socios

Ni ha hecho ni ha dejado hacer. La historia de Enrique Ortiz con el Hércules es un libro viejo, repleto de tachones, encontronazos y desencuentros. Una gestión de 20 años a la que el Hércules ha sobrevivido a duras penas. Ortiz, que entró en el club en noviembre de 1999, buscó a lo largo de estas dos décadas diferentes compañeros de viaje que le aliviaran el bolsillo en la manutención del club, pero esos aliados nunca terminaron o nunca pudieron completar su labor. Con unos terminó mal, con otros siguió manteniendo una cordial relación y otros, simplemente, continúan en el club sin potestad alguna.

El primero del que se rodeó Ortiz fue Valentín Botella, un constructor oriolano que entró en el club en julio de 2003. Botella comenzó como consejero, pero al año siguiente fue nombrado presidente. Pidió voz y voto a la hora de confeccionar la plantilla y eligió a Subirats como director deportivo. En el cargo duró ocho años, hasta 2012, y durante su mandato el Hércules ascendió a Segunda y a Primera División. Compaginó la poltrona con diversos cargos en la Federación Española. Ahora está desvinculado de todo cargo, aunque continúa dentro del consejo y tiene alrededor de un 7% de las acciones. Es frecuente verlo todavía acompañando al equipo en los desplazamientos fuera del Rico Pérez.

En octubre de 2005, ya con Botella de presidente y con el Hércules en Segunda División, Ortiz se alió con Paco Roig, expresidente del Valencia entre 1994 y 1997. El paso de los Roig por Alicante fue efímero y salieron en mayo de 2006 tras multitud de desavenencias con Ortiz. Paco Roig entró como accionista, compró la mitad de los títulos del dueño del Hércules, y en diciembre su hijo Alfonso Roig asumió la vicepresidencia.

A la llegada del mercado de fichajes la familia Roig encontró las primeras críticas a su labor. Propusieron la incorporación de Gamarra y también entró en escena el agente de futbolistas Napo Varela, que ofreció a Schiavi. En un acto de rebeldía, Roig presentó en solitario al portero Jimmy Schmidt, sin el respaldo de la secretaría técnico e incluso con un informe negativo. Rompieron relaciones con el director deportivo, Juanjo Rodri, y en febrero se apartaron del consejo y dejaron todo en manos de Ortiz y Botella. «Mientras lleve el club como un club de amigos no irá a ninguna parte», expresó Paco Roig a su marcha refiriéndose a Ortiz. En mayo se desvinculó del Hércules al venderle sus acciones (un 33%) al máximo mandatario.

En noviembre de 2005 Ortiz se había aliado con Juanjo Huerga, que llegaba junto a José Manuel Viejo, dos jóvenes empresarios dedicados a la promoción inmobiliaria y al sector hotelero. Asumieron un 10% del club. Con el paso de los años Huerga fue asumiendo responsabilidad y terminó siendo vicepresidente. Durante su estancia en el Hércules, entraría también Perfecto Palacio y ambos salieron a la vez en noviembre de 2011 en una renuncia en bloque por el nombramiento de Carlos Parodi como consejero delegado (y su consiguiente poder de la firma). Se fue Huerga, también Palacio, que entonces era el máximo responsable del comité ejecutivo, y Miguel Quintanilla, miembro del comité ejecutivo. Todos ellos habían construido el proyecto más cabal y ambicioso de todos los de la «era Ortiz». Pero explotó. Sergio Fernández, el director deportivo de aquel proyecto, terminó la temporada pero dimitió a final de curso por la imposición del retorno de Javier Portillo.

En 2012 Ortiz trajo a Pitarch, no para que aportara dinero como el resto de sus socios, sino para el cargo de asesor deportivo del consejo de administración, pero posteriormente fue designado presidente ejecutivo de la entidad. Todo, en realidad, para situarlo por encima en el escalafón de Sergio Fernández. En 2013 apareció Quique Pina y aquella temporada el Hércules dio con sus huesos en Segunda División B. El que fuera presidente del Granada o director deportivo del Cádiz, colaboró activamente en la confección de la plantilla a través de jugadores a los que representaba. Pina mantiene una relación de amistad con Ortiz. En 2014 Ortiz captó para la causa a Juan Carlos Ramírez, que también ha sido presidente de la entidad y que en diciembre asumió la dirección deportiva.

Veinte años después, el Hércules agoniza y Ortiz se plantea una salida tras una gestión obsoleta.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats