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El líder tiembla en casa

La falta de pegada y de espacios para jugar al contragolpe lastra al Hércules en el Rico Pérez, donde ha firmado dos derrotas consecutivas ante los recién ascendidos Teruel y Atlético Levante

El líder tiembla en casa

Desde que el Hércules regresara al pozo de la Segunda B (en junio de 2014), hay un mantra que han repetido todos los entrenadores que han pasado por Alicante: «El Rico Pérez debe ser un fortín». No deja de ser un tópico más del fútbol de todos los tiempos, pero en Segunda B esto es especialmente importante para un club con las urgencias del Hércules por diferentes motivos. El primero y principal es que en este grupo III hay campos infames, pequeños y de césped artificial, en los que imponer la calidad es francamente complicado porque cada encuentro es una partida a la ruleta rusa, con el balón de portería a portería y sin patrón de juego. Por eso es crucial trazar una dinámica ganadora en casa, con los elementos a favor, para no ir con el agua al cuello a domicilio.

No menos importante es la necesidad del futbolista de verse arropado y querido cada 15 días. Hasta el momento los jugadores de Planagumà lo han conseguido, pero las dos derrotas consecutivas frente a recién ascendidos como el Teruel (0-2) y el Atlético Levante (0-1) ya han generado las primeras dudas y enfados, por más que el Hércules siga como líder en solitario.

Sin eficacia

Un gol en los tres últimos partidos

El Hércules solo ha marcado un tanto en los tres últimos partidos de casa, frente al Espanyol B, Teruel y Atlético Levante. En los dos últimos duelos fue especialmente grave la falta de pegada, ya que el conjunto de Planagumà generó las ocasiones suficientes para doblegar a su oponente. En las temporadas anteriores se echó mucho de menos la presencia de un «9» rematador y para cubrir ese puesto llegó este verano el camerunés Stephane Emaná, prácticamente inédito por dos lesiones musculares. El punta africano debutó en el Rico Pérez el pasado domingo y dispuso de media hora para adquirir ritmo de competición. Su rendimiento se presume como fundamental en este equipo que cuenta con mediapuntas (o segundos delanteros) de gran nivel como Chechu Flores, Juli o Carlos Martínez. Este último promedió registros espectaculares con el Olot y el Villarreal B, pero no es un rematador. De hecho, elige el «10» como dorsal y destaca por su visión de juego y último pase. Ante el Teruel y el Atlético Levante estuvo especialmente gris, sin chispa y errático en la definición.

Carlos Martínez es la piedra angular del ataque diseñado por el director deportivo Portillo y debe recuperar su nivel, sobre todo en ausencia del lesionado Chechu Flores, a quien le quedan por lo menos dos semanas más de recuperación tras sufrir una rotura muscular contra el Teruel.

Dibujo táctico

Menos espacios para correr como le gusta a Planagumà

Al joven técnico catalán no le gusta que a su Hércules le pongan la etiqueta de equipo que no quiere el balón y lo fía casi todo al contragolpe. Algo muy parecido dijo su colega Tevenet en la previa al choque de la pasada jornada y no cayó demasiado bien en el Rico Pérez. Pero es innegable que este equipo está diseñado para «correr».

Planagumà quiere verticalidad, transiciones rápidas, un plan que por ejemplo nada tiene que ver al de Manolo Herrero, ahora en el Murcia, que pretendía que el Hércules sacara el balón jugado desde atrás y fuera dominador a través de la posesión. Ahora el equipo alicantino es más pragmático, algo que buscaba Portillo tras el batacazo de los dos últimos años, y con este planteamiento se encuentra cómodo lejos de Alicante, donde puede renunciar claramente al balón sin que la grada se sienta incómoda. En el Rico Pérez el Hércules fue claramente dominado por el Espanyol B, pero también llevó el peso ante el Ontinyent y el Teruel. Sí faltaron ideas y fluidez en la segunda parte ante el Atlético Levante.

Motivación del rival

El partido más esperado para casi todos los oponentes

El Rico Pérez es el escenario en el que todos los jugadores de Segunda B quieren mostrarse. En una categoría tan poco agradecida como ésta, el estadio alicantino se presta a que el futbolista disfrute, con buen césped y espacios, y además todo lo que haga tendrá especial trascendencia. Salvando las abismales distancias, el Rico Pérez (o el año pasado Son Moix y el Martínez Valero) es el Bernabéu o el Nou Camp del grupo III de Segunda B.

La motivación de todos los rivales está por las nubes, salen con el cuchillo entre los dientes y exigen la máxima concentración al Hércules, que desde que descendió se ha visto sorprendido en demasiadas ocasiones por rivales casi «amateurs». Sin ir más lejos, los futbolistas del Teruel se fotografiaron en el césped nada más acabar el encuentro como si hubieran logrado una gesta y los del Atlético Levante empezaron a perder tiempo y detener el partido desde el inicio de la segunda parte. Nada de esto sirve como excusa pero sí conviene que Planagumà se lo recuerde a sus pupilos cada 15 días.

Afición volcada

Una media de 8.000 seguidores y dos bofetones consecutivos

Las cuatro victorias consecutivas en el arranque de Liga dispararon la ilusión en una ciudad que en verano ya empezó a engancharse de nuevo al Hércules por los fichajes realizados y los mensajes enérgicos del joven Lluís Planagumà. Pocos equipos de Segunda B pueden presumir de contar con una media de 8.000 seguidores en su estadio, pero también es cierto que los dos bofetones consecutivos ante equipos recién ascendidos generan desencanto. El aficionado quiere ver a su equipo arriba y celebra también las victorias a domicilio, pero donde realmente quiere disfrutar es en su localidad. Planagumà asegura que esta competición «es así de dura» e insiste en que todo pasa por materializar las ocasiones que se generan. Ahora el Hércules visita al Mestalla (domingo a las 12) y después recibirá al Badalona en Alicante.

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