Diez días ha permanecido una perrita encerrada y abandonada en la terraza de una vivienda del barrio Fraternidad de Elda.

Famélica, temerosa, deshidratada y rodeada de orines y excrementos ha podido sobrevivir bebiendo agua de lluvia, e ingiriendo sus propias heces y la poca comida que una vecina le ha podido proporcionar descolgándola hasta el patio con un cordel. El animal no disponía de agua, comida ni ningún tipo de resguardo, por lo que estaba abocado a una muerte segura.

Tan pronto como los miembros de la Agrupación Defensora de los Animales (ADA) de Elda tuvieron conocimiento de estos hechos se personaron en el Palacio de Justicia para interponer una denuncia por maltrato animal.

El miércoles, tan solo dos horas después de presentar el escrito, el juez emitió un auto autorizando a los agentes de la Policía Nacional el acceso a la vivienda para rescatar a la perrita, que fue trasladada de inmediato al veterinario para ser atendida. De este modo se ha podido averiguar que se llama Cora, tiene ocho años, pertenece a la raza ratonero bodeguero andaluz y tenía implantado un microchip. Sin embargo nada se sabe de su propietario desde hace dos semanas, aunque desde la Comisaría de Elda-Petrer se siguen realizando indagaciones para tratar de localizarlo.

La directiva de la asociación animalista ha agradecido la «rápida y eficiente» actuación tanto del servicio judicial como del policial, y ha condenado enérgicamente este tipo de «actos impropios de la condición humana».

De momento la mascota se está recuperando en las instalaciones de ADA recibiendo el cariño de los voluntarios y sometida a tratamiento veterinario. No obstante, el espacio y los recursos con los que cuenta la agrupación son limitados. Así que, a partir de hoy, se va a lanzar un llamamiento a la ciudadanía para encontrar una familia que quiera adoptar a la perrita Cora.