Diez millones de euros es la inversión necesaria para que las aguas del trasvase del Júcar-Vinalopó lleguen a Pinoso procedentes del embalse del Toscar en Monóvar. El proyecto de conexión por impulsión podría estar listo para su licitación en algo más de un año, lo que permitirá el suministro hídrico a las entidades pinoseras de riego, completando así las denominadas obras del postrasvase en un plazo de 4 años.

Es el compromiso que ha adquirido en Pinoso el director general del Agua, Manuel Aldeguer, durante la reunión mantenida con el alcalde Lázaro Azorín; el concejal de Agricultura y Aguas, Julián Pérez; el edil de Agricultura de Monóvar, Salvador Giménez, y una decena de representantes de las seis entidades de riego que se beneficiarán de la ejecución de este proyecto y que son cuatro de Monóvar y dos de Pinoso: la SAT Aguas de Pinoso y la SAT Santa Bárbara de Úbeda.

Otro de los aspectos abordados en el encuentro es el volumen máximo de sustitución que recibirán los usuarios. Tanto el director general como los técnicos de la Generalitat Valenciana anunciaron que la cifra fijada ascenderá a 5,9 hectómetros cúbicos al año, una dotación que incluye 1 hectómetro cúbico para los Ayuntamiento de Pinoso y Monóvar.

«Ofrecer estos datos a los regantes para ver si les parecen razonables y preguntarles si están de acuerdo en consumir ese agua una vez se ejecute la obra. Ese era el objetivo de esta reunión puesto que no se puede hacer una inversión de diez o doce millones de euros y que después no se utilicen las tuberías», señaló Aldeguer al acabar el encuentro añadiendo que, «conocida la respuesta de los regantes, lógicamente dispuestos a hacer ese uso por la gran necesidad de agua que tienen, vamos a sacar ya a licitación la redacción del proyecto definitivo y la idea es que la licitación de la obra esté en algo más de un año».

Desde la dirección general del Agua se ha solicitado colaboración a las entidades de riego para diseñar las obras ya que, desde la dirección del proyecto a cargo de Sergio Samper, se van a valorar especialmente las aportaciones de los futuros usuarios. «La obra no es para la Generalitat, sino para las personas del Medio Vinalopó que viven de la agricultura, por lo que no tiene sentido hacer una obra al margen de los usuarios», comentó por último Aldeguer insistiendo en la importancia que tiene que los agricultores estén implicados y se comprometan a que, si se hace esta inversión con el dinero de todos los contribuyentes, la infraestructura tenga un uso que repercuta después en la mejora económica de la zona.