Cinco días después del fallecimiento de una ilicitana de 75 años en un geriátrico de Elche no sabemos por qué la ambulancia reclamada 23 horas antes del óbito no acudió para atenderla. El mismo día de su muerte, por la mañana, el alcalde ilicitano, Carlos González, había convocado una comparecencia por videoconferencia en la que aseguró que los tres hospitales de la ciudad estaban preparados para cualquier contingencia. Otras fuentes corroboraron a este diario un día más tarde, tras llegar la denuncia de esta familia a INFORMACIÓN, que esto era acierto, que no existía una saturación de los servicios de emergencias y que por ello no podían entender qué había ocurrido con este caso. Nadie supo darle una explicación plausible. Hoy igual la situación sanitaria en la ciudad ya es muy distinta, pero no tenemos datos para saber cuál es la realidad dentro de esos tres centros sanitarios ni para afirmarlo o para negarlo, aunque sí sabemos que hay 25 sanitarios que han dado positivo al virus.

En cualquier caso y tras publicar el jueves esa noticia y la denuncia de los familiares, que se reservan acciones legales, el regidor aseguró que había hablado con el geriátrico y que pediría (él también) explicaciones a la consellera de Sanidad, Ana Barceló. A día de hoy, lunes 23 de marzo, esta Conselleria no se ha pronunciado para darlas. El alcalde tampoco ha explicado si a él se las han dado, pese al interés que una vez más ha demostrado por un problema de uno de sus vecinos. Igual es que no tiene explicación.

Según todos los expertos, la pandemia no ha explotado aún en la Comunidad Valenciana, lo hará la semana que hoy comienza (y esperemos que pase pronto). La consellera da cifras provinciales y sus notas de Prensa dejan para el segundo párrafo la cifra más importante creo, la de los fallecidos. No es una cuestión de crear alarma social, es de que seamos conscientes de la realidad en la que estamos entre memes y memes que nos inundan el whtsapp y que nos dan más la sensación de que estamos viviendo unas vacaciones, en la que siempre es lunes, que en una situación en la que solo el tener conciencia social de que lo que hacemos puede salvar la vida de otro (no sólo la nuestra) y que ello es fundamental. Y mientras que esto pasa, los políticos nos dicen unas cosas y los médicos y enfermeros, por redes sociales o audios, principalmente, otras. El papelón que tiene ante sí la titular de Sanidad no es fácil cuando las mascarillas se han estado racionando durante días en algunos servicios y centros sanitarios. Quizá por ello, porque tiene otras prioridades informativas, no conteste, pero que tampoco lo haga al alcalde no ayuda a sembrar la confianza.

Autopsia

Como ya saben, esta ilicitana fallecida el pasado miércoles nunca figurará en las estadísticas relacionada con el coronavirus porque nadie sabrá nunca por qué murió. Se ha certificado como muerte natural, por tanto no se le hizo autopsia y, aunque se la hubieran hecho, no se les habría realizado la prueba para saber si el virus fue el desencadenante o participó de ella. A día de hoy el test no se le hace a miles de enfermos, porque no hay capacidad para ello, hacerlo a un cadáver, menos. Tener la sensación de que su muerte apenas importa más que a sus familiares no es nada descabellado. Pensar que el sistema sanitario ha fallado, aunque sólo sea por este silencio, tampoco. Pensar si ha muerto de coronavirus o no, no es la cuestión. La cuestión es por qué nunca llegó la ambulancia.

Desde que empezó la pandemia cada vez hay muertes que nos tocan más de cerca, nos rodean, y empezamos a escuchar a alguien que conoce a alguien que sabe de alguien que está ingresado en la UCI. A día de hoy hay en toda la provincia, en toda la Comunidad, miles de personas confinadas en sus geriátricos con sospechas de tener esta gripe y con una asistencia sanitaria que nos parece desbordada a tenor de cómo se ha atendido a esta ilicitana cuando aún no había una situación límite. Además, su geriátrico estaba a poco más de un kilómetro del hospital.

Estos días estamos recibiendo muchas llamadas en INFORMACIÓN de familias desesperadas porque no pueden hacer algo tan sencillo como hablar con sus mayores, que están recluidos en los geriátricos. A veces nos cuentan desde la dirección que ha sido un malentendido, otras que van muy saturados o que han limitado los horarios. Todo es cierto, como lo es que todas estas personas mayores parecen vendidas a su suerte, por cruel que parezca, mientras no nos demuestren lo contrario, insisto. Ahí están las estadísticas de hoy de geriátricos de la Comunidad: Residentes que han dado positivo: 103, Personal trabajador que ha dado positivo: 53, Personal trabajador en cuarentena: 196, Residentes que han fallecido: 30.

Pensar que este caso es otro más, aunque nunca figure en estadística alguna, no es lo importante. Lo importante es el silencio de Sanidad.