Las tormentas que se produjeron en la jornada de ayer en las comarcas del Baix Vinalopó y la Vega Baja dejaron hasta 62 litros por metro cuadrado de lluvia y provocaron inundaciones en diversos puntos, sobre todo en el litoral. Las precipitaciones se registraron sobre todo en la primera mitad del día y de manera muy irregular pero con gran intensidad, hasta el punto de que, por ejemplo, mientras en el centro de Elche y en varias pedanías rurales lucía el sol, en La Marina y en Santa Pola la cantidad de agua caída generaba problemas significativos.

En la pedanía costera ilicitana quedaron anegadas varias calles y el agua desplazó contenedores e incluso algún coche, además de entrar en comercios mientras sus propietarios hacían todo lo posible por achicarla. Lo mismo ocurrió en Santa Pola, donde los bomberos tuvieron que rescatar a una mujer de 80 años que se quedó atrapada en la calle Almansa, al ser sorprendida por las precipitaciones, que anegaron la calle por lo que no podía volver a su casa.

Los efectivos de emergencias cortaron varias calles al saltar las trapas de las alcantarillas por el colapso, por motivos de seguridad. Asimismo, en una de las nuevas rotondas de la carretera de Elche a Santa Pola, un coche quedó, literalmente, encima de la glorieta, por las lluvias en la calzada y también por un exceso de velocidad.

Mientras tanto, en la Vega Baja llovió con especial intensidad en Rojales, donde se acumularon 62 litros por metro cuadrado a lo largo de la jornada. No obstante, los mayores problemas se produjeron en San Isidro, donde cinco bungalós tuvieron que ser desalojados después de inundarse. Además, en la costa de Guardamar del Segura se formó una manga marina que llegó a tocar tierra, causando destrozos en un invernadero cercano.

Las mangas marinas se duplican

La de Guardamar no fue la única manga marina que pudo verse ayer en la costa de la provincia, ya que se produjo otra frente a Xàbia, que no tocó tierra. Este fenómeno es habitual en el litoral mediterráneo, pero en las últimas dos décadas se ha duplicado su aparición, tal y como señaló ayer el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina. Así, si antes solían producirse entre cinco y siete cada año en las costas de la provincia, ahora pueden alcanzarse 15. Debido al calentamiento del mar se producen más tormentas, que además son más intensas, lo que favorece que haya más mangas marinas.